Ya es casi rutina esto de soñarte, Lulú.
Parece ser toda una moda pensarte.
Es que te extraño, Lulú, y no ya sé,
te extraño tanto que te olvido sin querer, pero no te preocupes, aún guardo tu foto en la guantera.
Me apetece tanto besarte y volver a tenerte frente a mi en el comedor, Lulú,
Aunque yo tenga que poner la mesa, Lulú, lo prometo.
Tengo tantas ganas de tomarte de la mano sin decir nada,
Anda, Lulú, sólo quiero caminar un poco por la cuadra.
Mira, Lulú, los segundos van corriendo suicidamente un maratón desde que no estás,
Parece ser que el pensarte pudiese llegar a ser un desperdicio de tabaco.
El cuarto escalón sigue rechinando, Lulú, pero dejó de ser casa cuando dejaste de prender la tetera.
¿Dónde comprabas el té de los martes, Lulú?
Vaya, Lulú, si supieras la joda terrible que es ahora cuidar el jardín sin ti por aquí.
La pileta está medio vacía y los peces están extraviados bajo el agua pantanosa, Lulú.
La enredadera ya no tiene forma y honestamente las julietas ya están secas.
¿Cuáles eran las plantas de sombra o las de luz, Lulú?
¿Te acuerdas cuando nos regalaron todas esas plantas en aquella casa en Satélite?
Te veías tan emocionada que yo sólo fingía saber de ellas,
No sé nada de plantas, Lulú. Ya no estoy si quiera seguro si de verdad sabía de ti.
Se va perdiendo nuestro pequeño Tulerías, Lourdes.
Me haces tanta falta y ya pasó el invierno,
Te pienso tanto y no pasa nada, ¿Qué gano, Lulú?
Llueve a cantaros y hay tardes soleadas,
Todo se sigue viendo perfecto desde el columpio todavía, Lulú.
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