y no era la primera que manuel escuchaba aquella voz que lo hacia poner los pies sobre la tierra.
mientras estaba en la regadera, en su mente se dio lugar una batalla entre sus pensamientos y esa voz, a ratos era uno mas fuerte que el otro, a ratos dominaba el rostro mojado de barbara, su cabello, su silueta, esa imagen antigua color sepia de su cuerpo adolescente desnudo como lo era la ultima vez que manuel lo vio, y luego como una puerta que se azota en medio de la noche su misma voz desaparecía de tajo, esas imágenes y le decía, vete de esta casa antes de que tu mismo acabes haciéndote mas daño. manuel había aprendido a cesar esos episodios a poner en silencio su mente, cerraba sus ojos y contaba en reversa del cien al uno,estaba ya tan cansado de todo, que quería solamente tirarse a la cama y dormirse días enteros, con los brazos cruzados debajo de la cabeza, mirando al techo, miraba como una pantalla de cine improvisaba un cinta que le narraba su propia vida, y la vio día a día, y se vio de distintas edades, y en uno de esas escenas, apareció barbara, y se detuvo, y recordó su sonrisa, la vio reflejada no solo en el techo si no en todo el cuarto, algo lo hacia feliz, al parecer todo afuera estaba en paz, como si no existieran nadie mas que ellos dos. manuel no logro recordar en que momento se quedo dormido, pero si tuvo la certeza de que se habia dormido pensando en ella.