Inicio / Cuenteros Locales / elpinchequijote / elpo e taa se sino.
Vácuo. Hastío.
¿Por qué no respira la canción?
¿Por qué no vibra el poema?
Hiato.
Al Poeta Asesino se le acaban los pedazos de entrañas, los cometas y las gotas de sangre que embarran el papel. Habrá que apurar el sorbo de fuego que ilumina los rincones de aquella su inspiración oscura. Habrá que avivar la lumbre crepitante de pezones. Matar las ilusiones. Violar putas perversiones. Habrá que salir a la calle a buscar catarsis.
Prepara la jeringa.
Golpea bien la vena.
Aprieta bien el brazo.
Poesía. Sangre. Metadona.
El Poeta Asesino hace prosas tóxicas por las noches. Actúa por las noches. (Se mancha de estrellas) Sufre de la Noche. La lengua noctámbula le escurre babosa buscando mariposas rotas para lamer, charcos de anhelos pútridos para saciar su sed. Buscando musas que sodomizar. Se oculta en un callejón y espera. “No hay más qué sentir”, piensa. Reclama a todo y a todos lo que es de él, lo que el viento y el agua y la tierra negra fresca y el insomnio lúcido lleno de letras y el sabor a coito recién perpetrado y la selva y lo verde le han regalado. El Poeta
Asesino ha recibido la recompensa de su vigilia: una prostituta se le acerca.
Orgasmos rojos en la boca.
Mordida triunfal.
Pedacitos de clítoris
volando alrededor.
El Poeta Asesino mira su última obra: yace tendido el poema con las piernas abiertas, mostrando el sexo peludo obsceno, sangrante. “Poesía para mis narices”, piensa.
Elpinchequijotedemierda.
|
Texto agregado el 03-08-2004, y leído por 204
visitantes. (0 votos)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|