Principia el año con la aparición de Sirius en el cielo,
Y se acrecientan las aguas del río.
Y en las noches mágicas las clepsidras atrapan el tiempo,
Todo es un flujo irrepetible, como las aguas de Heráclito,
En el libro de los días, sobre piel de venado, se los señala,
Y en los nudos multicolores de los quipus también.
Es un sendero en espiral o el eterno retorno, muchos discuten,
O acaso tiene un curso irreversible y en un solo sentido,
Cronos, todo al principio nos lo da y luego todo lo quita, lo devora,
Corriente indetenible de agua, de arena
Somos la palabra desechada, amor echado al vuelo sin retorno,
Somos el olvido y la nada,
En este instante que me lees estas dejando de ser,
Cuanto no daría yo por torcer su mano
Y llegar a la cita a la que nunca llegue, al amor que falle,
Pero solo somos instantes que se disuelven en el mar de la eternidad.
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