THUIA, MIA




Camino de prisa hacía el centro de Benimaclet; la veo venir frente a mi y todos mis sentidos entran en ebullición. Aquella chica rubia, sensual y un físico de vértigo sorbieron mi voluntad; la miraba moverse y andar y yo parecía ya no ser dueño de mí. Bajo la velocidad de mi marcha, me paro abruptamente frente a ella, me mira con sorpresa - ¡QUE MUÑECA TAN HERMOSA CONTEMPLAN MIS OJOS ¡- digo, casi jadeante; voy girando hacía ella; me mira con fuego….
- ¡VETE A LA MIERDA GILIPOLLAS ¡ - me grita y acelera su marcha - YO YA ESTOY ALLI, PERO ESTARIA MEJOR SI TE VIENES CONMIGO, MUÑECA - Se frena, voltea hacía mi con un gesto mohíno en sus labios…. “¡Maaadre mía y ¿ahora?!” pienso…espero sereno; un movimiento brusco de su cabeza expulsa una sonora carcajada, la miro boquiabierto; sus carcajadas son cada vez mas extensas, solo interrumpidas con un fatigado “AY DIOS”; se inclina hacía adelante, vencida, tomándose las rodillas - ¡DIOOS, DIOOS! - tambalea, me voy acercando a ella, inseguro, confuso. La gente presta atención, nos mira; ella vacila, trastabilla, se coge nuevamente las rodillas, ríe a más no poder, flaquea -¡JOERRR! - y cae sobre sus rodillas con brusquedad; un quejido lastimero hace paréntesis entre sus carcajadas, me acerco casi a destiempo en su ayuda - ¿SE HA HECHO DAÑO? - Me mira fijamente -¡NOOO!- Su risa emerge una vez más - ¡QUE PESSAO, POR DIOOS¡ - arremete, mientras me tiende la mano, buscando apoyo y ¡aaarriba¡ - DISCULPAME POR CAUSARTE ESTAS MOLESTIAS - sonrío tímidamente, fraterno. Hay muchos curiosos alrededor. La sujeto fuertemente por la cintura- ¡DIOOS, QUE DUELE, JOERRR! - Aún no puede contener la risa entre quejidos; caminamos así hasta el bar de Manolín; la siento en una de las sillas de la terraza -GRACIAS CHAVAL - nos miramos y reímos, incapaces de mantener el diálogo. Al fin me atrevo -¿PUEDO CONOCER TU NOMBRE…GUAPA? Ja,ja,ja,ja- ambos reímos – POR CIERTO ME LLAMO OMAR Y SOY ARGENTINO, YA VES - sonreímos una vez más -”TONTO, TONTOOO”- me golpea cariñosamente la mano más cercana a ella. -“SOY ESPAÑOLA, AUNQUE NACÍ EN BULGARIA Y ME LLAMO TUYA, SABES? - escucho de sus carnosos y húmedos labios - ¿Cómo ME DIJISTE QUE TE LLAMAS? - digo excitado y a punto de tirarlo todo por la borda - “ME LLAMO TUYA……T-H-U-I-A-H, T-H-U-I-A-H, ¿ENTIENDES?- partimos a la risa otra vez; nos miramos fijamente, ella entornando su mirada felina y yo…yo…fascinado, lejos de mí, bastante lejos. La tarde se cierra lentamente y nos envuelve en su halo misterioso mientras tomamos unos mojitos al sol.