Alegorías

Amor tú me haces sentir como el caballero andante.
Señor de los campos del poderío y del mundo rey.
Tú me alimentas con tu amor y tus ensueños de princesa.
Y mi mundo se corona con dulces aureolas de amor e ilusión.

Antaño mis penas se enseñoreaban en hondas tristezas.
Más hoy he llegado al paroxismo de este eterno amor.
Eres mi alimento perpetuo, de cariño y gran comprensión.
Mi ensueño construyo un castillo, que nadie podrá vencer.

Y en la visión de mis sueños cual caballero me postro a tus pies.
Con mi corazón en ristre, y la fe recuperada con estoicidad.
Soy el hidalgo que llegó un día a la puerta de tu corazón.
Tú la abriste y con generosidad infinita me lo cediste sin pedir.

Escucha amor los dulces poemas que de mi boca emanan.
Con los misterios infinitos ducho en la magia de un gran amor.
Elaborados con las dulces alegorías de sonetos del ayer.
Mientras en el jardín del ensueño revivía nuestro gran amor.

Ray