Mi nombre es Fernanda. Tengo 29 años; soy, además de hermosa, divorciada, y lo mejor de mi vida, la luz de mis ojos, es mi pequeña Verónica. Soy secretaria desde hace años. También fui asistente, enfermera, cocinera de mi marido… y aun con todo eso me dejó, ¡sí, me dejó!, me dejó por Graciela…su madre.
Pero bueno, eso es otra historia. Ahora estoy perdidamente enamorada de la vida, del cielo, de las estrellas, del firmamento, de tooooodo. Por eso estoy grabando este video. Lo voy a subir a yútub. Ustedes se preguntarán a quién podrá importarle mi vida; les aseguro que a más de uno. Mi vida es como una telenovela. La telenovela de una loca enamorada que un día fue una mujer maltratada como muchas, y que como pocas quiero dejar mi testimonio.
¡Sí, esta soy yo! “La Fer” como me dice mi hija. Perdón me acabo de levantar. Es sábado. jiji, traigo algo de baba, moco y lagañas. Son las seis de la mañana. Mi pequeña luz todavía no se ha levantado. Miren mis ojeras. Mi pequeña y yo estuvimos viendo una película de terror hasta las tres de la mañana. Se llama “La Masacre de la Noche”; en realidad no es película, es una especie de documental con ritos y cadáveres.
Bueno, a Verónica le gusta mucho ese tipo de pelis, es ella quien las propone.
Bueno, antes que nada comenzaré por mostrarles mi cuarto: aquel de allá es mi closet, y esta es mi cama, estos mis peluches. Mi peluche preferido es la Bety Blu. Este es mi pijama de Bety Blu…Aquellas son mis pantunflas de Bety y… Dejen, les traigo mi caja. Bueno, esta es mi caja de maquillaje de Bety Blu. ¡Ah, lo olvidaba! Estas son mis tangas de Bety ¿verdad que soy tan sexi como ella?
Como verán duermo en medio de todo esto: mi Aifon, mi Aipad, mi Aipod, mi Kindlee, mis memorias y mi cámara. Este es el Kinet de mi hija, le gusta tenerlo en mi cuarto. La computadora portatil está de aquel lado. De este otro lado está el Devede. Como verán tengo la tele prendida, estoy viendo videos de música.
¡O sea!, no hay tiempo para sentirme sola. En esta casa siempre hay ruido: si no es en mi cuarto, es en la sala; si no es en la sala es en el baño. Sin esta fiesta no podría estar.
Bueno, quiero decirles que no siempre fue así, hubo un tiempo en que estuve sola, desgreñada, descamada, muerta en vida. ¡Miren cómo me veía en esta credencial hace años! ¡Como drogadicta! Todo lo recuerdo muy bien: este cuarto estaba más que oscuro, en un silencio perturbador. Todo eso sucedió cuando mi marido me dejó, fue horrible, ¡hubieran visto! ¡Todo se me juntó!
Sin empleo, sin saber qué hacer, quería matarme. Sí, sí, como lo oyen: quería matarme. Bueno, esa vez me suicidé digitalmente, me desconecté, me di de baja en el Feisbuk, en el Jai Fai, en el Tuiter, y en mi cuenta de Jotmeil. Perdonen, se me salen las lágrimas... ¡Aachhh!, suena el celular, permítanme… ¡Aahhh! Es un mensaje de Luis, mi compañero de oficina: quiere que vayamos a comer. Le seguiré dando largas, no es mi tipo. Mi tipo tiene signo de pesos.
Esperen, esperen, acabo de encontrar un Tuit interesante. Miren, es este:
“Lee esto Perra ¡Sigo tus pasos #zorra!. @FerBetiBlu eres una #Puta deja en paz a mi amor. Alejate de Juan Perez o ya veras que me voy a venga” (144)
¡Uups! Ella piensa que ando con su marido ¡miren como tiemblo! Eso de que ando con ese panzón lo inventaron en la oficina. Todo empezó cuando nos dimos unos besitillos en la fiesta de fin de año, y los cabrones de Vázquez y Martínez nos tomaron unas fotos. Las subieron a Tuiter. Son estas.
Sólo fueron unos besitos de fin de año. Neta, está horrible el tipo, fue por una apuesta con las de recursos humanos. Si esta vieja sigue enviándome mensajes la voy a tener que buscar y abofetear.
En fin les contaba que yo me sentía súper bad cuando el que era mi marido me dejó. Todo comenzó una fría tarde de diciembre, ¡ay!, hasta me dio escalofrío. Dejen que me ponga una sudadera. Sí, sí, era viernes y él llegaba del trabajo, se quedó mirándome y sin decir nada tomó mi laptop; estaba nuevecita, la acababa de comprar y la aventó por la ventana.
¡Sí, el muy maldito la aventó!, dejen volteó la cámara un poco, ¡como oyen! La aventó, mi hija tenía ahí sus tareas, yo tenía mis cursos de inglés, francés, todas mis fotografías, mis consejos de belleza, mis fotos de las divas y divos de la TV… ¡Lo peor! Tenía ahí todas mis conversaciones de Feis y Mess. Lo que más me enojó fue que yo no tenía para comprar otra, ahí tenía todo, la verdad que nunca me preocupé de pasar algo a una memoria. Dejen, les muestro lo que quedó, lo tengo en aquel buró… ¡Esto me quedo de recuerdo! Tanto que me costó… Como verán ya no tuvo remedio para naaa, inservible.
Claro que se preguntarán por qué ese odio, según él, porque decía que yo descuidaba a mi hija. Sí, eso se atrevió a decir: que yo la descuidaba y era una mala madre…¡Eso era un exageración! Yo soy una madre moderna, no soy de esas que traen a los hijos todo el tiempo a la falda. Gracias a mi determinación mi hija desde los cuatro años se formó como una personita madura e independiente; desde entonces ya se hacía un sándwich y se servía leche.
Traigo unas fotos en mi Aifon de cuando su cerebrito ya exigía independencia. Miren, miren, aquí está subida en el banquito, acomodando la fruta en el canasto, qué graciosa. Mi hija nunca ha sido de esas niñas sobreprotegidas.
Por cierto de niña siempre le cantaba la canción de “Chiquitita”, me han dicho que tengo buena voz, les cantare un trozo, no me tardo más de un minuto…”Chiquitita dime porque…”
Termine, ¿les gusto?, Yo cantaba desde…
Esperen, me llaman del teléfono de la sala, mañana seguimos. Seguro es mi madre para preguntarme qué pasó con mi ex galán, tan buen partido según ella; no sabe que es casado. Tiene mucho money, eso sí que lo sabe.
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