Él decidió ser así,
esas mañanas,
esos días perdieron su encanto,
maldito mortal estúpido...
¿Por qué me empeñaba en ver la bondad en las personas?,
¿Por qué seguí autodestruyendome,
cuando de sus fragorosas palabras
sólo recibía las sobras?
Ya no, no volverás a lastimarme,
he puesto un escudo,
un escudo que no sirve para este karma,
porque bien sabés
que frente a este inodoro universal
todo se desarma.
Hasta que un día me exiliaré,
sí, te juro que lo haré (y no sabrás a quién recurrir)
me haré río en flujos vaginales,
en trozos de vidrios abriendo las carnes.
Me mezclaré, me ensuciaré,
me ausentaré,me desconoceré,
me revolcaré, me sufriré
bajo el hedor de las armas.
Y me marcharé
con ese amor que no me fue otorgado,
también si me lo permites te lo cambiaré
por un pedazo de algo,
algo insignificante, lo que tengas,
un botón, una uña desprendida y rebelde,
una semilla; ¿O acaso un duende?
¡Pero no!,
no me des ausencias
que moriré si me las dejas,
moriré por que no aprendí a nacer en estas tierras,
¡tierras infértiles!
que han corrompido fetos y azucenas,
que han parido cuervos
y deformado la inmensidad de la conciencia.
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