Helios un amigo, del barrio. Transita sus calles, y entra a los negocios contando anectodas. Escribe por hobby, por pasión, porque al televisor, lo odia por rectángulo abollador de ideas y homogeneizador de ideologías.
Su mayor orgullo escribir acerca de la creación del pueblo, sus héroes, locales, el establecimiento del ferrocarril, las luchas intestinas de los intendentes de turno. Su gracia intrínseca y emotiva, ser galante con las mujeres y con los niños.
Acopia revistas, hojas, libros, la letra escrita es superación y leitmotiv.
Intercambiamos palabras, bichoznos, palabras difíciles en su significado. Cierto día me dijo que solipcista que soy, y me quede pensando en el vocablo, hasta descubrirlo. Alardeamos de los neologismos como conocedores de la lengua y nos atrevemos a ir a los talleres literarios par ahondar en la escritura.
Mis hijos tienen un apego especial con su bonhomía, su buen talante, su humor ingenuo.
Últimamente me pidió un libro prestado, y se lo di, Lo leyó en un día. "El Guardián del Centeno", que buen libro me dijo, y a mi no me había gustado. Yo le había ofrecido leer a Clarise Lispector, pero no fue de su agrado, no paso de la primera línea. Una literatura muy caótica, prefiero algo más ordenadito
Todos los días, me trae revistas fascículos, que , me dijo. Yo tambien atesoro papeles, a mi también me gusta el papel escrito, las letras de molde.
Come frugalmente porque unos vándalos le han arrebatado la cocina, la heladera por su consabida credulidad.
Helios ya no pasara por la puerta para decir sus Buenos Días, ha iniciado su recorrido de galimatías en el cielo.
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