Ellas no morirán

Mis recuerdos son como trombas marinas
Se elevan a lo alto y luego se esfuman
Son los recuerdos dueños de la elipse
Y siento que mi mente ha muerto para siempre.

Por ello mis abstracciones, las erijo en papel
En ellos se hacen duros como el pedernal
Ni las más fieras tormentas los pueden desarraigar
Porque ellos han quedado pétreos en silencio armónico.

Pasarán los tiempos con ellos vendrán vendavales
Lluvias, granizos los fines de los tiempos
Y las miradas atónitas con ojos llenos de desagrado
Miran pensando que tal vez, ellos estarían agonizantes.

Las poesías libran sus propias batallas, unas existirán, otras, ya no
Ellas la mayoría con el tiempo perdurarán, no morirán
Serán como las almas que pululan alrededor, etéreas sin luz
Pero las llamas del fuego ígneo, nadie las podrá apagar.

Tal vez mi nombre no figure, y solo sea un desconocido más
Pero mis voces acalladas por el tiempo, en unos versos reverberan
Tal vez las hojas amarillentas de un libro, alguien abrirá
Y las rimas y prosas de un soplo el viento a lo alto las elevará.

Ray