La poesía nos acerca, y soñamos.
Vivimos donde nuestros ojos guiñan,
pero también, nos invita a ser minimistas,
"dentro de la rosa diaria"
en su convergente optimismo,
gritamos en el silencio
donde cabemos.


Y termina por matarnos en el breve,
sentido de un lápiz_ y cuaderno,
Allí quedamos atrapados,
moviendo, las tupidas manos:
Pero el poeta que niegue la muerte,
Esta cumpliendo con la respiración ansiosa de continuar.
Lo utópico es ruidoso, cuando no se comprende.


Juan_Poeta