Que tiempos aquellos
Al principio todo iba como la seda. Rebosabas amor ahí por donde trazabas, floreciendo el ambiente de un tono dulce y alegre. Estábamos juntos a todas horas, día sí y día también; contándonos todo lo ocurrido a lo largo de la tarde, jugando constantemente…, éramos inseparables.
A medida que pasaba el tiempo fuiste perdiendo interés en mí. Poco a poco nos fuimos distanciando, y se fue creando un vacío en mi corazón. Ya no hablábamos tanto como antes, sentía que ya no teníamos la misma confianza. Más tarde, todo aquello se redujo a un simple saludo sonriente como “¡Hola, Ted!” o “¡Buenas noches, Teddy!”. Y ahora que ya han pasado cinco años, siento que ya no queda nada de aquello entre nosotros, solo puedo quedarme a observarte desde la lejanía, viéndote ver como cambias. Al parecer es como dicen, esto es como el matrimonio, los primeros años son de ensueño, luego ya te puedes ir olvidando.
-¿Esperanzas? , no soy tan estúpido como para permitirme tener ese sentimiento. El vacío que alberga mi alma sé que nunca más volverá a llenarse. Y es que...supongo que ya no hay tiempo para este pobre osito viejo y roto, que espera ver la vida pasar tras ese cajón oscuro el resto de sus días.
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