Siéntate a mi lado Madú, cuéntame historias de arenas revueltas, de cielos ahítos de estrellas...
Cuéntame qué sentiste mientras metias unas cuantas cosas en un hatillo lleno de esperanzas buscadas desde la tierra donde los hombres son bebedores de sangre, soñadores de cosas inexistentes en vuestro corral repleto de vida; no tengas miedo y enséñame letra a letra las melodias de tus versos en busca de un poema...
Admiro tu humanidad de hombre, sin adjetivos que me confundan.
Admiro la laguna tranquila, llena de aguas centelleantes que me transportan,cuando me miras, al pensamiento que ultimamente me visita: Otra vida es posible. Lo es, Madú, lo es.
Cuando tengas un ratito dime en que parte del mapa está la estación para sacar el billete hacia tu sitio.

Para Madú, con el que compartí un excelente café Tuba y un ratito de conversación.