Tengo sueño, los ojos ya sienten el tedio de la noche, las articulaciones se esfuerzan por soportar el peso del cuerpo mientras mi mente fantasea con estar envuelto del calor de mi cama. Son las 12:59 am salgo de la cámara de vigilancia .veo los autos parqueados en una línea multicolor, la luna agonizante refleja su luz en el metal dándoles un aire de deprimente inmutabilidad. Me acerco a uno de ellos. Acariciando el metal rígido y frio, se acrecentad mi somnolencia. Un fragor atraviesa la espesa bruma de la noche, son los perros que ladran, imagino que debe ser por estar encadenados a un viejo roble en cuyas raíces se amontona un desparpajo de basura y escombros. Con pasos premeditados me dirijo hacia mi cabina que más bien parece un muladar atestado de baratijas y electrodomésticos dañados, al adentrarme en esa pocilga, lanzo una rápida mirada al reloj ovalado de números rojos que yace consumido por el polvo encima de un nevecon oxidado. , apenas marca la 01:05. Este turno ha sido tan largo como las culebras (deudas) que me persiguen. Solo queda recostarme en el sofá mugriento y oloroso de la esquina e intentar dar una pequeña siesta. Si bien dice el dicho celador que no duerme no es celador, aunque el refrán está mal, porque nosotros somos agentes de seguridad privada.
Un extraño sonido me despierta de golpe, salgo rápidamente hacia el patio del parqueadero blandiendo una vieja linterna en un intento de disipar las tinieblas que se alzan amenazantes ante mí, con los ojos aun algo aletargados, hago una minuciosa observación a todas las direcciones, pero no veo nada a parte de las hojas del viejo roble danzando con el vaivén de la helada brisa que cobija la madrugada, los perros le ladran intensamente a la soledad de un terreno baldío que bordea a un lado del parqueadero, >, estoy algo nervioso. 01:19 am. Aun falta mucho para que acabe mi turno.
El ambiente se torna tenso e ilusorio, algo anda mal, a mi espalda se mueve algo o alguien, estoy casi seguro que me observan, ahora entiendo cómo se debe sentir una gacela al percatarse que es asechada por un depredador. ¿Qué hago? ¿Investigo? ¿Y si me pasa algo?, mejor llamo a la policía aunque si hay alguien oculto escaparía cuando llegue la patrulla (si es que acaso llega) ¿Qué haría? ¿Qué les diría? ¿Qué me dio miedo la oscuridad?, mejor me calmo e investigo, no me pagan lo suficiente para soportar este desasosiego, quisiera que mi hija y mi esposa se encontraran en este momento para que se enteraran todo lo que tengo que sobrellevar para poder garantizar su manutención , ¡pero no!, al no poder darles todo lo que el vecino le ofrece a su familia, dicen que soy anticuado, que no las entiendo incluso que soy un mal esposo y pésimo padre, pero qué más da .son lo único que tengo y las amo, y me consuela pensar que a su modo ellas también me quieren. El viento frio crea un impetuoso torbellino que se choca contra mi rostro, ala vez que produce un agudo silbido, parece que quisiera advertirme algo. La luna plateada derrama su suave resplandor sobre la oscuridad, pera no la disipa, solo crea una insidiosa ilusión de desasosiego. Un crepitar de hojas enfatiza mi temor. Estoy seguro que hoy pasara algo, ¡si la sombra que sentía a mis espaldas se abalanza sobre mi rápidamente!, mejor corro no quiero enfrentármeles y arriesgarme a que mi familia se quede sin quien vele por ellas, ¡oh no! Otro sujeto salió de la nada estoy rodeado ¿Qué hago? Mejor levanto mis puños y peleo ya que deje el machete en la cabina, mi corazón se oprime en el pecho con una ímpetu dolorosa, siento las cuencas de los ojos a punto de estallar por el pánico que ataca mi cuerpo sin compasión alguna, los pulmones casi rompen mi tórax, un delirio, un clamor, se ahoga en mi garganta sin poder salir. Algo penetra la piel de mi espalda, volteo y veo un hombre con una navaja en su mano, esta bañado en sangre, ¡mi sangre! Un liquido tibio empieza a llenar mi chaqueta a la vez que siento que soy atravesado en todo el cuerpo por unas fastidiosas punzadas, no aguanto más, rendido caigo al suelo empedrado, unas manos hurgan en el pantalón sacan algo, todo esto es por $ 30.000 que es lo único que tengo, siento un sabor a aluminio en la boca, mis extremidades son avasalladas con unos tórridos espasmos, lucho por mantener mis ojos abiertos, un dolor visceral carcome mi interior ,estoy mareado veo aquellas sombras resguardándose en la oscuridad, intento lanzar un llamado de auxilio pero mi vos se ahoga con mi sangre, solo escucho latidos que retumban insistentemente en mi cabeza, y mientras resignado a mi final mi mente divaga por extraños parajes, solo puedo preguntarme, ¿Qué hubiera pasado, si me hubiera dado cuenta que sería mi último día vivo?.