Con la vista nublada ve la tarde agonizante
a través del cristal de la arcaica ventana.
Desolado se encuentra el viejo caminante,
pensando en qué le deparará el mañana.

Con la mente nublada va recordando su historia
de un pasado alegre envuelto en melancolía,
son tantas las vivencias que acuden a su memoria
que hoy lo atormentan hasta sentir su alma vacía.

Su tiempo cabalga en las alas de un suspiro
mientras su vida pasa de prisa como el viento,
lo agobia la nostalgia de marcharse sin respiro
a un viaje sin final donde no existe el tiempo.

María B Núñez