Cuentero que cuentos cuentas y te envuelves en tu historia, que ni sabes donde vives, ni donde juegas tus papeles.
Cuentero que inventas tramas, donde la muerte te aclama, resguardate de la guadaña que tanto tu mismo afilaste sin calma.
Cuentero...
que cuentos cuentas, mientras esparces tus trampas, si no haz de cuidar la trama, te trituraran tus propias garzas.
Cuentero...que cuentos vives esparciendo redes sin medidas y luego en ellas te enriedas encegueciendo tu vista.
Cuentero que siempre deliras, perdistes a tu poeta, que tanto te embelecia.
Tu pluma se volvio esa guadaña filosa que, con alas te persigue, buscando tu espalda farsante de caballero cubierto en harapos de una nostalgia inventada.
Jamas encontraras esas alas, que supiste desplumar hasta el desangre, y que volviste solo, para buscarlas.
Cuentero que caminos des-andas, regando restos de migajas de sonrisas, que te dejaron resacas, de secos amores y lujurias de tras-noches.
Regresa a tu guarida, goloso cuentero de chorreantes babas... deja de inventarte cuentos que alimentan solo tus propias farsas.
Arrancate esas caretas y muestrate tu mismo, si recuerdas aun, quien un dia fuiste y dejes de lado aquel morboso sin escrupulos, en quien te haz convertido. |