Me he despertado sintiendo que no me quieres, y yo tanto que hago por ti…
Recuerdo que hace años éramos felices, tu venias y yo te trataba con cariño, te cuidaba, te limpiaba la suciedad de tu cuerpo, cuando ya estabas fresca, limpia y viva, te dejaba ir pues sabia que volverías a mi, esos tiempos eran felices, y los recuerdo muy claro.
Quizá sea que los buenos matrimonios son tormentosos, pero el hecho es que el nuestro ya rebasa esta clasificación, ya excede en abusos y maltratos. Al principio no lo notamos ni tu ni yo; un día llegaste más alegre que de costumbre y me invitaste a beber, traías alcohol, reímos, festejamos y no parábamos de reír sintiéndonos alegres. Después de la fiesta me quede a limpiarte, te preparé para que estuvieras lista para irte a trabajar; yo me sentía mal pero tú eras feliz y no pude decirte lo mal que me sentía, lo deje correr al fin era joven, y el malestar realmente paso en poco tiempo. Días después volviste, pero ahora traías abundante comida y bebida. Otro día de fiesta.
Casi no recuerdo como era antes de esta vida, cuando quien hacia todo era Mama, ella limpiaba, y me alimentaba, me enseñó a trabajar y a hacer bien las cosas cuando mama se tuvo que ir, te conocí y esos fueron los mejores días que recuerdo. Ahora siempre llegas ebria, sucia y grasienta. Y lo malo que me compartes de tu vicio y ahora también soy viejo, alcohólico y obeso. Me siento enfermo, y tú no puedes o no quieres parar, por mas que te lo digo. Mis vecinos también se sienten mal por culpa tuya pero no haces caso sigues cada vez mas, esto pronto tiene que parar porque no veo un futuro feliz en esta relación.
Entiendo que nací para ti eso me queda muy claro y es mi vocación, mi alegría, mi deber y convicción cuidar de ti. Y yo también me alimento de lo que traes, pero así con esta vida que llevamos creo que tendré que decirte adiós aunque yo no lo quiera.
Hay días en que me despierto y no sé ni en que fecha estamos , no sé si es de día o de noche, no lo sé. Solo me levanto te atiendo lo mejor que puedo, creo que ya ni siquiera puedo limpiarte bien, casi siempre andas sucia, gorda y ebria, y así te vas a trabajar; y creo que eso enferma también a mis vecinos, los pone como locos, incoherentes alucinados, jeje je solo yo sé tus secretos, aunque la verdad no entiendo porqué te arrojas a ese vacío desesperado, por muchas ocasiones te he dicho, te lo hice saber de muchas maneras pero no haces caso.
Hoy siento que será el momento de decirte que no trabajaré más para ti, ya no puedo; aunque quisiera, ya no recuerdo como era hacer bien las cosas, ahora solo estoy borracho, ya ni la comida me sabe, ninguna bebida me satisface, nada, nada…… nada.
Y me pregunto: ¿Qué ocurrirá después cuando te des cuenta de que no haré nada? Oh ¿que se será de ti? No lo sé, pero es tiempo de saberlo y ya veremos que ocurre.
Escribo esta carta para ti por si al regresar no estoy, sepas que ya no quiero ser más tu hígado, querida Sangre! |