Te invito a una locura

“Creo que es una locura ponerle sentido a todo. Pero es más loco el sentido de mi invitación.”

No quiero que el sinsentido de la cordura me lleve a dejarte ir; y quiero sentir el sentido de la locura, que me lleva a ser feliz en tu cordura sin motivo.

Puedes escoger entre múltiples desordenes mentales; yo te ofrezco mi loco corazón para que empieces a desvariar y olvides el amargo sabor de la realidad.

Aceptar conlleva a tener variados escenarios de películas que jamás has visto. Pero si quieres me sentare en una butaca y comeré y tomare todo lo que en la nevera se pueda gastar, hasta que las veas todas.

En la primera.

Te llevare a un sin número de experiencias alucinantes y psicóticas. Y me tendrás que encerrar y atar de manos y pies porque el mundo que conoces no será el mismo.

En la segunda.

Te llevare a los bosques de chocolate, donde cada mordisco será un pequeño y fantástico coma diabético. Olvidaras la importancia de encajar en un mundo sin encajes, porque no pertenecerás a ese lugar.

Y en las demás… No seguiré enumerando porque creo que en algún momento perderé la cuenta.

Veremos aquellas aves nocturnas desplegar sus alas en plena luz del día, como pequeños centros de egocentrismo disfrutando del color y del sol. Como aquellos animales que esperan alimentarse de tus lágrimas y dolor; pero ahora los veras caer y volver a la tiniebla de la cual no debieron salir.

Y en otra…

Encontraras vampiros y doncellas en cuentos de hadas moldeados a tu gusto; no habrá límite para el desorden. Sera un bonito sueño y se te hará tarde para ir a trabajar.

Pero no seré un espectador más; recuerda que no es lo más convencional, y tendrás que invitarme a que te invite a escribir nuevas historias.

Cuando estemos juntos pasaran dos cosas. De cerca será como el horizonte, un espectáculo de colores entre el cielo y la tierra. Y de lejos veras como la tierra se mezcla con el mar. Porque no tiene sentido que vivas en mi corazón y no brindarte mi calor…

Y es aquí cuando hay que ponerle una fecha, una hora y un lugar, pero aun así no tiene, queda abierta a disposición del público participante. Sin embargo para hacer efectiva la invitación tendrás que buscar en tu relicario un recuerdo, y en el recuerdo una sonrisa, y en la sonrisa un sentimiento que servirá de llave para entrar a mi loco corazón.

Solo es una invitación peligrosa en la que corres el riesgo de perderte y olvidar todo lo que alguna vez consideraste cuerdo. Pero te prometo que cuando todo alguna vez termine, y la cordura te vuelva a atormentar, no volverás a creer en el sentido de lo racional.

¿NO ES LOCO?