Aún está todo lo que me enseñaste… Intacto, no doblegado, rondándome y presente en cada rincón de mí, susurrante...
No se irán ni se van los significados intensos de tu compañía, porque guardadas están en mi, las palabras de tus ojos, el misterio de tu cuerpo, el fuego de tu sangre, el silencio de tus manos que dibujan las mías en el aire, guardado está el olor a nueces de tu pelo, el profundo abrigo con olor a primavera de tu pecho, la lluvia de pulsiones que bajan por tu cuello, pulsaciones que envuelven, todo lo que eres, todo lo que haces y lo que me hiciste sentir...
Aquí se queda eternamente sellada tu esencia… que vuela libre alrededor mio, en cada esquina, en la vereda del frente, jugando en una plaza, en la banca en que me siento a recordar, aquí te quedas tu, lo que solías ser, lo que fuimos y lo que eres aún, todo se queda para esperar, se queda porque no puede irse, sino muere conmigo, porque ese registro, mis intenciones pendientes no las destruye el tiempo ni la soledad.
Por eso quédate, quédate conmigo aquí, como te has quedado patente y vuelve, otra vez a rodearme de ti, pero después vete, para volver a extrañarte, para esperar que vuelvas a quedarte nuevamente conmigo, o yo iré para venirme después.
Extrañarte no es extrañarme a mi contigo, es querer respirar la esencia de la persona que se ama… es querer compartir dos significados y mesclarlos en intimidad y compañía, es sabernos presentes…
Por eso ven y quédate, y después te iras para volver, porque la distancia es la mas sabia alternativa en este instante. |