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La lobera de las montañas la llamaban y una gran leyenda giraba en torno a su persona.
Casi desconocida para la mayoría y los pocos que la vieron, porque conocerla fue imposible, se dejaban llevar en sus descripciones, por la imaginación de sus ignorantes mentes.Así que siempre adornaban sus descripciones con adjetivos como hechicera o bruja.
"Una extraña hechicera ataviada con una túnica negra y un gran bastón de mago, que se pasea por los bosques acompañada por una hueste de lobos, que obedecen sus ordenes y lanza a todo aquel que le haga algún mal". Así la describían los lugareños.
Pero como en todas las leyendas, la ficción aveces supera a la realidad pues su historia era muy diferente.
Ella era una joven muchacha, nacida en una familia muy pobre y, maltratada por el mundo a una edad muy temprana, que huyó de su infeliz hogar en busca de un futuro mejor. Viajó y viajó sin parar y trabajó para muchas familias, pero en ningún lugar duró mucho tiempo pues una joven y hermosa muchacha era una presa fácil en un mundo dominado por brutos y machistas.
Y así llegó hasta las montañas del norte, tan escarpadas y salvajes. Legó un día de invierno,calada hasta los huesos y muerta de frío. Intentó que le diesen de comer algo en una pequeña taberna del camino, pero tras recibir una grosera negativa se metió en el establo para resguardarse de la lluvia y descansar.
Al poco rato de llegar, cuando ya entraba en calor oyó como se acercaba un caballo, se levantó y cojió
de las riendas al animal, justo cuando entraba en el establo.
-Permitid que os acomode al animal a cambio de una pequeña limosna-
El jinete se bajó y le ofreció una moneda de bronce. Al cojersela se dió cuenta de que era una mano muy pequeña para ser la de un hombre rudo de estas tierras. La miró y pudo ver unos ojos oscuros, y aunque algo arrugados que refulgían con una extraña fuerza.
-Tardaré poco, cuidalo bien- Y tras decir esto se alejó dirección a la taberna.
Al cavo de un rato, la figura encapada regresó, se montó en su corcel y solo entonces se quitó la capucha para dejar ver una larga cabellera plateada.-Yo no te puedo ofrecer una familia, pero quizás sea algo parecido-Y acto seguido salió del cobertizo y se perdió entre la lluvia, seguida de cerca por la joven protagonista de nuestra historia.
Andaron hasta llegar a una pequeña gruta,al pie de un altísimo acantilado, en lo más profundo del más oscuro bosque, vivía esta extraña mujer, con pocas comodidades, pero sin que le faltara nada para vivir sin problemas.
Aquí pasó nuestra joven los siguientes años, ayudando a la vieja a conseguir del bosque las especias y productos que necesitaban para las extrañas pócimas que preparaban. La ayudaba en sus quehaceres diarios y poco a poco hiba aprendiendo las distintas caracteristicas de las plantas y sus efectos sobre nosotros los seres humanos.
Estas pocimas que realizaban durante todo el invierno, luego las vendían en los mercados qu ese celebraban durante el estío, pues muchas son las mujeres que desean hechizar a sus amantes y muchos los hombres que envidian la fortuna del vecino.
Así que nuestra joven muchacha había elegido una profesión que, aunque prohibida por la iglesia, estaba bien enrraizada en las costumbres delas gentes.
Una mañana, en el mercado de primavera de un pueblo cercano y mientras su maestra atendía a los clientes en el puesto, ella se fue a buscar algo para que las dos almorzaran. Pasó al lado de un grupo de cazadores que acababan de llegar de su jornada en el bosque y enseñaban sus trofeos a todo aquel que quisiera verlos.-La cazamos esta misma mañana, y acababa de parir, por como llevaba las tetas, asi que una jauría menos de esas bestias pues no sobrevivirán si la madre.- Decía uno de ellos mientras mostraba la piel de una loba recien muerta.
El fin de semana acabó y los tenderos recogían ya sus pertenencias, cuando nuestras dos mujeres abandonaban ya el pueblo en dirección al bosque, su hogar. Al rato de caminar entre los grandes pinos rojos del pirineo a la joven le pareció oír un extraño ruido,como un gemido. Avisó a su maestro, que se sentó a descansar mientras ella buscaba el origen de aquel sonido. Se acercó a un gran pino con un tronco muy ancho y allí, entre las raices del árbol y bajo un tupido boj, nuestra niña encontró aquello que cambiaría su destino, encontró cinco pequeños cachorros de lobo.
Tras consultarlo con su maestra se echó los cachorros dentro del morral y se los llevó con ella a las profundidades de la espesura. Los crió con biberón y paso el tiempo, los cachorros crecieron sanos y fuertes. Cazaban a sus anchas por aquellos bosques por donde apenas pasaba persona alguna, y la joven creció también sana y hermosa, salvaje e indomable.
Desde muy pequeña generó un odio especial hacía los hombres así que nunca sintió deseo hacía ninguno ni nunca amo a nadie. Su amor fueron las plantas y los animales, pero sobre todo amaba a sus lobitos, por los cuales sufría cada vez que salían a cazar, como una madre sufre por sus hijos.
La vieja hechicera murió siendo ya muy vieja,tras una larga vida y la joven la enterró bajo el camastro de la cueva, siguiendo las viejas costumbres por las que se guiaban, costumbres tan antiguas como antiguo es el conocimiento de la medicina natural. Así que ahora era ella la hechicera, ahora acudirían a ella con sus problemas pero ella no lo deseaba, no quería ayudar a nadie, así que decidió abandonar aquella cueva, irse a un lujar apartado,muy apartado, en lo mas profundo del mas grande mas oscuro y mas encantado bosque, con sus lobitos. Algún lugar donde estuviesen a salvo del mundo y del ser humano.
Pensó en los cuentos que su maestra le contaba de durante las largas noches de invierno, cuentos sobre los antiguos celtas, los maestros de la hechicería, y decidió ir al lugar donde vivieron los últimos. Un valle abrupto y encantado. Pero el viaje sería largo y peligroso y con sus lobitos lo sería aún mas.
Emprendió el viaje y por el camino fue vista por algún aldeano, gente supersticiosa y lenta de mente que a su paso fue creando una extraña historia de brujería y misterio. La gente comenzó a hablar de una figura encapuchada que se apoyaba en un bastón de brujo y que tenía hechizados a los animales del bosque.
Al fin llegó allí donde quería llegar u fue muy feliz de que sus lobitos llegasen sanos y salvos.
Vivió muy feliz durante toda su vida y sus lobitos crecieron mucho y formaron una gran manada con otros lobos que allí vivían, así que ya no le preocupaba su futuro, eran libres se ir y venir a su antojo y aún con toda libertad del mundo, todos y cada uno de ellos venían de vez en cuando a visitarla e incluso traían a sus cachorros, como si quisieran presentárselos.
La leyenda de la lobera de las montañas, la hechicera de lobos,creció entre el pueblo llano, pues se decía que las noches de luna llena, allí arriba, en las altas colinas, entre las ruinas de los antiguos, allí donde nadie se atrevía a acercarse, se escuchaba el hermoso canto de una mujer, acompañado de los aullidos de una manada de lobos.
Aquellos que lo han oido dicen que parece un extraño canto dedicado a la tierra y aún hoy en día, si pasea por esos parajes, te parece ver entre las ruinas celtas, los plieges de una tunica negra y las noches de luna llena, el viento parece traer el recuerdo de una leyenda inmortal.

Texto agregado el 10-08-2012, y leído por 149 visitantes. (1 voto)


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