El lo llamó y el niño contestó apurado, impaciente como todo niño, Pero era la TV quien le esperaba, un niño que busca evadirse sin saber lo que le pasa en su corazón, en su mirada, en su percepción de si mismo, del mundo...
El niño estaba viendo televisión... como ayer, como antes de ayer, un niño como mi hijo, como el tuyo, como muchos mas...
El Padre preguntó por sus tareas y el niño se incomodó un poco irritado, como algo no habitual, pero el, su Padre, que podría ser su Madre en otras circunstancias, le pide por teléfono que revise sus cuadernos, que no se vaya el día sin hacer sus tareas... Porque ahora no podrá estar ahí todos los días como quisiera, para ayudarle y acompañarle...
Luego, como todo padre, en esa condición de ausencia intermitente, piensa ¿jugara? ¿leerá? ¿estará solo en todos esos instantes? ¿que hará de el?
Lo que es peor, ¿estará formándose solitario frente a esa pantalla? piensa en lo que ya no puede controlar, ¿Dejará su madre, su amor, que su tiempo se esfume, todas las horas después del colegio, para que así pueda ella también disolver sus horas frente a un computador, frente a una red social?
¿acaso tienen que pagar todos? pues, es en ese mundo de ilusiones donde todo argumento parece una justificación valida, la lógica esta manoseada, en ese mundo donde queda atrapada la mente y la realidad.
Nos hemos ido perdiendo, desapareciendo como espejismos abstractos de desilusiones, en cada segundo, cada minuto y horas de valioso tiempo, tiempo abstracto en donde se han quedado atrapadas familias enteras, sociedades enteras,
tiempo en donde se han perdido los vínculos y las mentes que antes brillaban naturalmente, ahora se han vuelto mas necias y solitarias...
yo me pregunto en mi solitaria distancia...
¿como hacer para devolver al espejo de ilusiones, esta irrealidad que se apodera de lo cotidiano y nuestros seres queridos?
Día a día se forman adeptos al individualismo, que van dejando de lado lo táctil, lo tangible, por mas que se encuentren todos los individuos en un plano virtual, empezamos a vivir un mundo abstracto y muerto que carece de pulso y sentimientos. |