No lograré,
no aceptaré enseñanzas
que maldigan mi piel
y temblaré,
observaré la noche
con algo de miedo y placer.
No entenderé lo que digas
y nuevamente volveré a escribir,
desarmaré tu poesía
para alimentar la mía,
ella, tan falta de amor y mendiga.
No lavaré mis manos,
envejecerá mis dedos un virus nocturno
y enfermaré,
al mismo tiempo
nacerá un nuevo niño
y será libertad,
será luz en mis ojos,
será claridad.
Hablaré de ese niño indefenso,
que ya no será pececito
en la panza de su mamá,
lo expulsarán a ese mundo que lo desintegrará
y tendrá una vida,
que a patadas logrará vivirla
y será feliz
será inmensamente feliz,
si no logra perderse en la hipocresía
de esta estructurada sociedad.
Pasarán los años, ya losé,
dejaré confites en tus labios
y seguiré volando,
seré paloma en el aire,
seré precipicio en el cielo
y un puñal me tumbará,
me hará chocar el pavimento
y el cielo se irá, se irá muy lejos
para dar paso a la tempestad. |