Tres vidas
Siempre la muerte de alguien te pone triste y te toma por sorpresa y más cuando no sabías que esa persona estaba enferma. Te pones mal cuando la persona que se fue era una persona a la que le tenías un gran aprecio. Estudio la universidad y nunca he sido una persona barbera con los profesores pero cuando entré a la universidad tuve una buena comunicación con un profesor.
Fue un 13 de febrero cuando entré a la escuela y el profesor Carlos Pérez entró al salón y dio su respectiva clase, pero por una pequeña distracción me perdí en todo el tema. Al terminar la clase subí a su oficina para pedirle que me explicara de nuevo el tema y con todo gusto me explicó. Y así fue como inicio una buena relación con el profesor. Soy jefa de grupo y mi obligación es andar detrás de los profesores para saber si no se les ofrece algo. Llegaron las evaluaciones y le tuve que ayudar al profesor Carlos a pasar las listas a unas nuevas, el profe tenía una línea de teléfono especial para él.
Cuando un día una mujer le llamó, cuando me dijo que si lo dejaba hacer su llamada. Entonces, cuando una tal Laurita le llamaba yo me tenía que salir. Pero un día el profesor tuvo que ir a impartir un examen y me dejó encargado el teléfono. Cuando Laurita llamó, la razón que me dio fue que era una maestra de otra escuela. No pensé en nada, a los pocos días vi en la computadora del profe, una foto con su familia. Él era casado, tenía una hija y un hijo aproximadamente de mi edad. Pero un día de nuevo volvió a llamar Laurita y el profesor Carlos me dijo que ella era una alumna… entonces ¿qué es maestra o alumna? Por fin, póngase de acuerdo. Hasta que me contó la verdad.
Carlos como el gustaba que le dijeran y no maestro ni profesor. Me dijo que tenía una amante que es la dichosa Laurita, una mujer 20 años menor que él. Una bella, inteligente, mujer que estaba dispuesta a dar todo por el todo. Para terminar de rematar
Carlos tiene otra familia. Para que me entiendan, él tenía una familia que era la que presentaba con todos como su familia, como debe de ser. Pero en otro lado de la cuidad tenía otra familia pero solo que los hijos eran más pequeños que los “oficiales”, la “otra familia” sabia de la existencia de la familia “oficial”. ¡Que enredo!
Laurita sabia toda la verdad, sabia de sus dos familias y que ella era la amante. De esto solo sabía otro profesor en la misma escuela y yo.
Mi actitud hacia el maestro nunca cambio mi manera de verlo, al contrario agradecí la confianza. Me atreví a preguntarle sobre el gusto de tener tres vidas, siempre fue honesto, él me dijo que Laurita era la única que lo comprendía la única con la que pasaba largas charlas, noches intensas donde aparte de incluir, la pasión, el erotismo, la imaginación, sobre todo sexo con amor. Sin darnos cuenta el profesor presentaba cada vez más una minoría en su peso. Se le veía cansado. Hasta que un lunes no dio clase por que se encontraba en su oficina, se sentía muy mal, al día siguiente Carlos no fue a la escuela, el miércoles no nos tocaba clase con él, pero el jueves fue a la escuela pero lo mandaron al servicio médico de donde lo mandaron al hospital y de donde ya no salió. Los médicos sabían que eran pero no decían nada, a los familiares les sorprendió que solo haya pedido que el profesor ramiro que era la otra persona que sabía la verdad y yo entráramos a verlo. El me dio instrucciones. Me entregó una carta la cual decía.
Querida Valeria…
Eres una excelente alumna y gran confidente. Tienes todo por delante, termina tu carrera si tu destino no es aquí, donde sea, pero brilla y se la mejor. Sé que no has encontrado a la persona indicada para compartir el resto de tu vida. Sé que algún día llegará, no lo busques llega solo. Sé que no soy el más óptimo en darte consejos en cuanto a una vida digna por los motivos que ya sabes.
Te doy las gracias por no juzgarme. Sobre todo por ser mi ”tapadera” en mis fechorías.
Sé que te involucro de alguna forma en mi vida por saber la verdad. Pero por si por algún motivo mis dos familias se enteraran de la verdad solo diles que tú fuiste mi hombro.
De Laurita te pido que mi familia no sepa donde vive. Trata de que no sepan de su paradero para evitar que le hagan algún daño. Sé que lleva un hijo mío en sus entrañas, producto de esas noches intensas.
Dejo una carta para que nadie te juzgue, y donde digo mis motivos sobre estas tres vidas.
Creo que estoy a punto de aterrizar, y de dejar esta vida que me dio cosas buenas y malas.
Fue un placer conocerte, y que hayas sido parte de mi vida. Gracias por la confianza y sigue con tus sueños, sobre todo sueña con los ojos abiertos.
Nunca me olvides, te quiere
Tu profe… Carlos.
Al terminar de leer la carta él todavía estaba en esta galaxia, Carlos lloraba, y yo también. Sus palabras me calaron hasta los huesos, después de profundo suspiro, el murió.
En el velorio la familia falsa, no asistió, solo días después fueron a dejarle flores, Laurita la vi en el panteón con una barriga de unos seis meses de embarazo.
Fui su cómplice, y nunca dije lo que sabía, no sé si se fue en paz. No soy quien para juzgar, sus motivos tenia para tener esas tres vidas.
Pero lo que sí sé es que por algo estamos aquí y es para dejar huella.
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