Dueña del mar obstinado, escucha mi voz que se quiebra en tus dominios,
Tu poder es infinito para dominar el universo
Tanto así como para sofocar mi alma.

Cae la tarde al borde del ocaso,
Al final del horizonte rompe tu estela.
Estela fugaz, como de fantasía.

Dueña absoluta de los mares profundos,
Escucha a este hombre que cayó entre tus brazos,
Y naufragó en ellos, muriendo enamorado.

Me encanta tu figura de bella sirena.
Blanca piel como la suave arena, tersas manos como brisa marina
Que al ver el horizonte
Llenas los espacios, de mi opaca alma.

Prefiero morir dentro de ti, entre tu cálido cuerpo de tierra,
Y descansar por siempre entre tus dedos, reposando en tus manos.
Dejar de ver el sol, tratar de verlo tras tu iris
Y acabar en tu suelo como la palmera.

Quedaré como el coral en poder de tus manos
Y me hospedaré en tu cuerpo como mi última casa,
Rodeado de los besos que te he dedicado,
Dormiré por siempre en el centro de tu alma, como lisa bahía
Y disfrutaré cada amanecer a tu lado.

Dueña de los mares y de navíos naufragados,
Oye mi voz que desde tu centro grita.
Dame una respuesta junto al descanso
Que sólo me dona el calor de tus brazos.