Leyenda del Cerro Tronador

En los Andes patagónicos, al oeste de la Provincia de Río Negro (Argentina). En el limite con la República de Chile se encuentra el cerro El Tronador, de origen volcánico situado a los 41° de latitud sur.
Tiene 3.400 metros de altura sobre el nivel del mar.
La cumbre presenta nieve permanentemente, y es el pico más alto al sur del Aconcagua.
Su nombre proviene de los ruidos sordos que parecen emerger de su interior y en realidad son ocasionados en su mayor parte, por violentos aludes que el eco multiplica en forma impresionante.
Estos ruidos extraños, son los que han dado origen a la leyenda del Tronador.
Recogida del relato de los nativos por el explorador Nicolás Mascardi en el año 1670.
Esta se refiere a Linco-Nahuel, un cacique valeroso que tenía sus dominios en esta zona y a los que nadie podía entrar sin su consentimiento, desde el Tronador hasta todas las regiones vecinas del gran lago Nahuel Huapí.
En cuya orilla esta construida la ciudad de San Carlos de Bariloche.
Cierto día llegó hasta los pies del cerro una tribu de indios enanos dispuestos a acampar.
Ello originó una lucha áspera y terrible.
Los invasores disparaban certeras y mortales flechas, y su estrategia les permitió tomar prisionero a Linco-Nahuel y a gran número de sus hombres.
Los vencedores los llevaron hasta la cumbre del cerro Tronador, y desde allí, atados de pies y manos, comenzaron a arrojarlos individualmente al abismo.
Pronto se estremeció y rugió la montaña y un verdadero alud llevó a la muerte a todos los que en ella se encontraban.
Sólo quedaron vivos los dos caciques, allá sobre la cumbre para escuchar eternamente el tronar de sus entrañas que desde entonces no ha callado.