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-Pitos, dice mi compañero!-decía serio Juventino, mientras colocaba la seis-uno cuadrando a unos el juego que perdían en cero.
Las apuestas, entre ellos, siempre eran diferentes, nunca por dinero, ¿cómo iba a ser?, podía ser por cigarros, por servicios, por ser “reyes por una hora”, etc. Eran los amos del hueso; a esas dos parejas las podían retar a cualquier cosa, pero no al dominó. Si una pareja se sentía buena para la ficha y les retaban; siempre o casi siempre salían pagando el pato.
-Te tenía guardada ésta sorpresita, mira... ai’stá el tres; ¡si te conozco pinche Juve! .-dijo el Tato, azotando la ficha contra la mesa.
Dos años conviviendo a diario, y jugando también a veces cinco o seis partidas , les habían dado la suficiente experiencia para conocer la estrategia y la forma de jugar de cada uno de los cuatro.
-Me acuesto-, terció el chileverde, poniendo la mula de tres, mientras se rascaba el cogote y esperaba el tiro de su adversario.
-Pos mira mi Juve, de éste lado también hace aire, escupe tu uno-cuatro, que ya se los llevó la chingada- dijo Alejo mientras colocaba la tres-seis, quedándose claramente firme.- Tiras compañero, tu pasas, ¿no Chileverde?....órale cuéntense que se me hace que esto se acaba.
-Noventa y siete-zapato... ahí les va la carrera del indio, pinches suertudos, de peores nos hemos levantado- dijo el Chileverde.
-Órele mi buen, ¡a remar!......Y ¿como vieron lo del pinche Teleras?...se lo merecía el canijo, me cae que si yo lo hubiera tenido a la mano, también lo hubiera cocido a chingadazos...
-Simón, cómo no cayó un rato por acá, le habríamos hecho ver su suerte al muy hijito de la chingada!!!
-Dicen que ya iba muerto cuando se lo llevaron a la enfermería.
-Roben...
-¿Sales o salgo compañero?...
-Véngase!...Pos sí, lo bueno es que aquí adentro la justicia sí es expedita-, dijo Alejo.
Pertenecían al dormitorio de los “profesionistas”, ahí estaban los que tenían algún estudio, cualquier preparación, o al menos “lana” que los respaldara. De cualquier modo adentro sí habían muchas diferencias, pero definitivamente era un poco mas democrático que afuera. Claro que siempre hay una elite, pero con esos sí no se mete nadie, ya se sabe que son intocables, los reconoces fácilmente, traen sus cadenas de oro, sus rolex, hasta su ropa ; que también es caqui, pero eso sí, de firma de diseñador señores; ésos son los “cacagrandes”, los respetan todos : reclusos y custodios.
-Pedita la que se me antoja ponerme; en dos años que salga, me voy a poner una...que me gustaría invitarlos, pero no se va a poder....ah, tu si, ¿verdad Juven? Te vas antes que yo, canijo...a ver....cuatros!-iniciaba la mano el Tato.
-La güera !!! -dijo el Chileverde mientras ponía la cuatro-cero en la mesa- , después de todo, qué bueno que pasó aquí; el Teleras estaba apunto de salir y si sucede en su casa no habría habido chance pa’ la pobre criatura.
- A ver un seis- dijo Alejo- de todos modos esa pobre escuincla está jodida.....quién sabe qué vaya a ser de ella.
-Pos seises....-Juventino parecía concentrado en el juego, ahora hablaba poco; el tema que habían comenzado a tocar le llegaba muy hondo, no por la muerte del Teleras, sino por lo que la había ocasionado y los recuerdos que esto le traía.
- La tripa-, acomodaba el seis-tres Tato y procedía a alisarse la larga y grasosa cabellera. Tato era de los que aceptaba que tenía bien merecido haber caído ahí hacía dos años y medio, preso reincidente desde los quince en que cayó por primera vez al tribunal para menores. Esta vez Purgaría su condena por robo a mano armada en otros dos y medio, y sabía que en poco tiempo, estaría de regreso , tenía mas raíces ahí adentro que en el exterior. Tenía tanto camino recorrido que tal vez era el mas acostumbrado y el que menos se indignaba por situaciones como la del “Teleras”.
-Ahí va otra güera ... ojalá y el DIF se ocupe de ella, si no va a terminar de puta en un par de años.-dijo el Chileverde, enfermero de profesión y preso por “robo hormiga” de medicamentos destinados exclusivamente para el sector salud, se sabía traicionado por su jefe, quien era el organizador de los robos y de la venta, y también quien lo puso en medio como chivo expiatorio.
-Pos de puta en el mejor de los casos-dijo Alejo mientras tiraba la mula de seises- yo mas bien me la imagino aspirando solventes y limpiando parabrisas hasta el final de una corta vida.-. Alejo estaba preso por desenmascarar públicamente a un líder sindical corrupto, le fabricaron su delito, y lo “guardaron” como represalia.
-Ahí les va otro pito!- Juventino mantenía silencio. Él era profesor de física en preparatoria, y en un intento de seducción por parte de una alumna, para aprobar el curso, Juventino se negó, la reprobó y se vio envuelto en acusaciones de estupro y violación, que nunca fueron probadas
-Ahí’stá mi salida, el cuatro!,- el tato seguía acicalándose y metiéndose la mano en el pantalón palpándose la entrepierna, sin ahondar en el asunto.
El chileverde tapa los cuatros con la cuatro-tres, saca su paliacate y después de tres sonoros estornudos dice:-Igual en el DIF hay mucha chingadera, pero es seguro que le irá mejor que en la calle....once años, pobrecita niña....
-El duque de Veragua- Alejo colocaba el tres-dos y continuaba- Sí mi Chileverde, hasta lo que yo sé, la familia del teleras tiene mucha cola que le pisen, pura fichita, y la de la pobre mujer ...creo que ella era de Guerrero, quien sabe si haya alguien que se pueda hacer cargo de la chamaca.
-Ahí está otro seis- Juventino se animó a entrar al tema- nunca he sabido por que yo me salvé de las madrinas y de que me violaran cuando entré, todo mundo se enteró de qué me acusaban.
-Yo me acuesto a blancas- dijo el Tato.
-Ahí va el seis-cinco- dijo sonándose el chileverde.
-Ya ve mi Juventino, le digo que aquí la justicia es mas transparente que allá afuera- dijo Alejo, mientras colocaba la mula de cincos en la mesa de cemento- cuando usted entró, ya se sabía también que la chamaca lo quiso trancar, acá se juzga con celeridad, y pocas veces se equivocan.
-A ver, a blancas- Ponía Juventino la cinco-cero- pero lo de el Teleras sólo se supo por boca de los que estaban en el Íntimo, ¿no? , ¿Como supieron que no fue una venganza de ellos?
-Chále!, paso- dijo Tato.
-A ver, el pito...- dijo el Chileverde colocando la uno-cero- No, mi Juven; se supo por los compañeros que estaban en la visita, por los custodios, y hasta al muy hijo de la chingada se le salió, tal vez en un acto de arrepentimiento y auto-inmolación.
-Ahí va un tres. Sí Juventino, ésta vez todo lo acusaba, no merecía otra cosa que esa madriza de muerte, o tal vez hubieran sido mejor diez madrizas de casi muerte durante diez semanas.-Dijo Alejo.
-Mando un cinco- dijo Juventino colocando la tres -cinco- yo la verdad me bloqueé cuando escuché de la causa de la muerte del teleras, oí a medias, pero a detalle no supe como estuvo todo el drama.
-Si te lo cuento me vuelvo a encabronar y chillo....ahi’stá mi cuatro.-dijo sarcástico el Tato.
-Duró mientras duró, ni pex...ahí va el cero-dos....-decía el chileverde mientras soltaba su “firme”- No hay mucho que contar; vino su vieja con su niña a la visita conyugal...-el chileverde comenzó de nuevo a estornudar.
-Me acuesto a los doses- dijo Alejo y continuó el relato interrumpido por los estornudos del chileverde- El muy marrano mandó a su esposa por unas papas y se quedó solo con la niña.....tu pasas, verdad Juven?....pues resulta que cuando regresó su vieja, el Teleras estaba tratando de violar a su hija,... tiras Tato, la dos-cinco... se mete su vieja a tratar de defender a la niña, crece el escándalo, la niña y la vieja no paran de gritar, el Teleras la surte a putazos...pasas, verdad?....ahí, está, me voy con la dos cuatro.... la avienta contra la repisa, se da en la nuca, comienza a sangrar y ahí mismo se muere; llegan los custodios, someten al teleras, y lo demás de la historia ya lo sabes...el personal se encargó de darle hasta por debajo de las uñas...me cae que se lo merecía, pero insisto, pobre niña...
-Once puntos, más noventa y siete...za-pa-tito...pa’ que se sigan sintiendo las reatas del reclu, ora nosotros fuimos los que los dejamos en cero....
-Qué.......la revancha, ¿no?



Texto agregado el 02-08-2004, y leído por 153 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
02-08-2004 Manejar el lenguaje propio de los reclusorios y todo el movimiento que allì se gesta, mientras se relata una partida de dominò, me pareciò una gran jugada. Felicitaciones fuentesek
 
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