Se encuentra arraigada en mí, una flojera insuperable que me impide escribir, como si un peso enorme y opresivo anulara mi voluntad, para emprender cualquier actividad que implique gran esfuerzo mental o físico. Como no duele, permanezco semiquieto, exageradamente pasivo, con la esperanza de que lo que me oprime se vaya sólo; pero eso nunca va a suceder. Y aquí estoy, extático, a la espera de no sé qué, tal vez de nada. Como en un ir y venir de quietas olas, las ideas se acercan y se van incesantemente de mi cabeza, dejándola adormilada, a la deriva, en la inactividad casi total. Y digo casi, porque la actividad lectora no mengua.
A pesar de la continuidad de mis lecturas, si la parangono con los libros que me aguardan, es mínima. Por cada página que leo, existe más de un libro completo que se mantiene dócil y callado en los anaqueles de casa, esperando ser abierto; o en alguna librería de ésas que me encanta visitar. Me intriga y asusta a la vez lo que me puedan descubrir.
Cuando no hay una razón válida para escribir o decir algo, lo mejor es no hacerlo. No decir nada es más oportuno. Pero siempre hay algo que decir, quizá pocas palabras. En estos días, a falta de ellas, leo, leo lo más que puedo y hago anotaciones breves. Y escucho o trato de escuchar. También anoto algunas de las cosas oídas. De esa forma las páginas de mi cuaderno se van llenando de letras, aunque no sean mías.
Un compañero de trabajo, luego que el supervisor lo regañó por no trabajar más de prisa, me dijo:
“Donde manda capitán no gobierna marinero. Donde hay miedo ni coraje da. Donde existe amor ni los chingadazos duelen”.
¿Y qué tal este verso de Swinborne de su poema “Pena”, que ya he puesto por ahí?:
“Todas las cosas de este mundo pasarán, mas nunca la pena”.
La lectura de los ensayos de Montaigne, también van dejando lo suyo:
“La muerte no os afecta ni muertos ni vivos; vivos porque existís; muertos porque no existís”.
“La utilidad de vivir no consiste en el espacio, sino en el uso de la vida”.
Borges también es fuente inagotable de ideas, de sabiduría, de vida:
“Pensar, analizar, inventar, no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia”.
¿Y Aldous Huxley?:
“A través de la mescalina o el ácido lisérgico, se puede accesar a la puertas del Paraíso (o del infierno)”.
Termino con 3 frases más. Una oída al pasar y otras 2 que no han dejado de conmoverme:
Frase oída: “ La vida no es la fiesta que imaginaba; pero ya que estamos aquí, bailemos”.
“El mal es tan malo, que junto a él, el bien parece un mero accidente; el bien es tan bueno, que junto a él, hasta el mal resulta explicable”. G. K. Chesterton.
“Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien, son besos míos inventados por mí, para tu boca”. Gabriela Mistral.
No son palabras mías, pero cómo me identifico con muchas de ellas.
Ya me callo. Y leo.
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