EN UN RINCONCITO DE MI CIUDAD
No logro entender esta sensación que por momentos acaricia mi pecho y otras parece golpearlo.
Detengo el auto en una calle poco transitada, necesito pensar un momento, mis manos se aferran al manubrio mientras veo copiosamente caer sobre el parabrisas la lluvia que desde ayer cubre la ciudad. En la radio escucho a Pablo Alborán con la canción “Solamente tú” y mi mente va de un lado a otro… y no logro concentrarme en nada.
Veo la lluvia sobre el vidrio que no me deja ver lo que pasa afuera y la canción llega a la parte donde un pianista hace su más romántica interpretación … y sin querer una lágrima se desliza lentamente por mi mejilla.
Y me embarga una melancolía, angustia y temor… descanso mis brazos uno a cada lado de mi cuerpo, relajándome y olvidando donde estoy, cierro los ojos…
Y me pregunto… ¿pensará en mí? (porque él se pasea sigilosamente en mi mente no una, sino 1523 veces al día y hoy creo sumaré 7 más)
¿Deseará escucharme? (porque sin conocer su voz, por momentos me parece escuchar que me nombra y susurra tiernas y cariñosas palabras, directo a mi alma).
La distancia … ¿se acorta si le pienso cada día más? (porque si es así, entonces hace días que vive a mi lado, que puedo abrazarlo…)
Sólo quiero pensar y creer que esto que siento es verdad y que no está mal.
Sólo quiero pensar y creer que esto que tú dices sentir es verdad, aunque alguien me ha dicho que no es real, que debo olvidar…
La radio continúa tocando música romántica y me deleito porque así es mi alma. La lluvia cae, cae…
Ahora me concentro en buscar en mi mente lo que guardo de tus letras y disfruto del recuerdo de tu corazón de poeta. Y registro mi alma y en ella encuentro tu voz susurrando bellas palabras y tu alma abrazando la mía con ternura, acortando y olvidando la distancia…
No sé cuantos minutos han pasado… la lluvia continúa corriendo sobre el vidrio y el color de la noche, las luces de los faroles sobre árboles, calles y otros automóviles dan brillo y luminosidad al entorno. El olor a tierra y prado mojados acaricia mis sentidos, me gusta.
Mis manos vuelven al manubrio me aferro a él como queriendo en esa acción ordenar mi mente, mi alma y mi corazón. Incorporo mi cuerpo ya más tranquila y giro la llave encendiendo el motor. Enciendo las luces de los focos y quiero que éstas iluminen más allá del camino que está frente a mí, quiero que iluminen el camino que me lleva a ti de alma a alma.
Regreso a casa, dejando las preguntas en el aire, las respuestas creo, el tiempo las dará… Sólo espero que no continúen al llegar la Primavera, porque si es así, me costará encontrar un lugar donde estacionar , un lugar como este rinconcito de mi ciudad, que hoy por el tiempo invernal está solitario…, un rinconcito en donde pueda pensar en ti, imaginarte …un rinconcito en donde nadie, me interrumpa, me distraiga, me vea en algún momento, como hoy sonreir al pensarte, al soñarte y también llorar... al despertar y darme cuenta que no estás.
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