Patri, me sigue doliendo nombrarte, en pasado pensarte. Desde ese aciago día De luto se vistieron mis heridas. Mis lágrimas ausentes Mi alma es un torrente. Que ya no estes aquí Convierte en un infierno mi vivir. Se mitigó el tormento Solo el dolor consuela mi lamento. Nos dejaste sin luz Pues la luz eras tú.
Texto agregado el 02-08-2012, y leído por 386 visitantes. (7 votos)