Fue un momento de locura alegó la mujer, esquelética, de tonos grises y pelo largo “no aguanto que me toquen ni un pelo cuando estoy enojada y él, palmoteó mi espalda, “cálmate” me dijo. Vi el filo del metal y nada me importo, nada de consecuencias, solo la muerte de aquel hombrecillo, quería vengarme, ¡me llamo loca!, ¡a mí!, ¡loca! ¿Le parezco loca? Yo no me creo una mujer loca, en absoluto, estudie en la universidad y todo, no con honores, pero todos me ubicaban".
Bueno mire, para que finalicemos con el temita le cuento los hechos, luego del "cálmate” me abalance sobre él y de un golpe en la cara quise demostrarle que conmigo las cosas no son así, y se lo dije muy de cerca, sentía su olor, su aliento, pero no me importo siquiera el hecho de que aún a esa hora de la noche no cepillaba mis dientes.
¿Y?
Inmediatamente, elevó sus brazos y me rodeó de tal manera que no podía moverme, me amenazaba, con voz temblorosa, como la de quien no quiere lastimar realmente… sus manos apretaban tan fuerte mi garganta, que el aire apenas se sentía, hasta mi deseo mortal sentí que se esfumó, fue en cuestión de segundos que logre safarme, dándole un rodillazo en sus partes, ayy señor si me hubiese visto...que grande me sentí, yo golpeando a uno mas grande aún...fue gratificante.
"pero, la cosa no termino ahí"
nooo, que vaa, por supuesto que el animal se me "encachó", su expresión me asustó y como si fuera un espanta pájaros, me lanzó al dormitorio, asi, como quien se desace de un bolso gastado, me dio una rabia, y fue ahi que, con aparente calma, abrí la puerta del closet, tome mis tijeras; las más puntiagudas y...
¡fa,fa,fa...!
¿cómo explica la sangre en la ventana de la cocina?
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