Agosto angosto, me llenas de arena, me llenas de sal, me llevas de la mano convirtiéndome en tu camarada del mar.
Agosto angosto, enamórame mientras contigo ando, pues cuando ya no estés mi corazón querrá a tí volver.
Siempre me tienes en tus brazos, me arropas junto a ese poderoso sol bajo mi sombrilla tentando mi corazón.
Las noches traduces en romanticismo y en baile, en alegría total, pues la luz de tu día cuando acaba, se convierte en la oscuridad de las aguas y en esa reina plateada que levanta en vuelo a todas las hadas.
Me haces sentir tanto mi interior que en poeta me conviertes, desde la terraza de mi hotel te miro a lo lejos y te deseo, entra en mí ahora, poséeme, se mi complice y ayúdame a buscar a es@ amante, pues tu tienes el poder de sacar esas lágrimas de sangre que tanto necesito derramar.
Busco un beso que sea mi sello, el broche de oro que el verano siempre atrae, pues no hay mejor época del año para levantar la bandera rosada y dejarse tumbar por la tentación.
Te invoco a ese desafío, a esa coalición, a ese instante en el que mi sangre bulle y transporta por todo mi ser la emoción.
Dejame volver a ser un crío, dejame sentir lo que una vez cuando lo era sentí, quiero olvidarme de aprender a controlarme, tan solo necesito jugar de nuevo a ese juego que tu cada año me presentas y me invitas a compartir.
Treinta y un días me das para encontrar esa deleidad, un tiempo con motivo, un paseo por el olvido cuando el último día llega y mis maletas salen de tu reinado para regresar a mi realidad.
Tu tiempo es mi tiempo, conservaré todo lo vivido y cuando retorne a tí, buscaré todo lo que tú me diste, porque lo recibí con tanto amor que sin duda alguna grabado ha quedado en alguna parte de mi corazón.

Te deseo un hermoso y emotivo verano, pero eso sí, con todo el lujo que don Lorenzo te propone y al que tu ser siempre se dispone ...

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2012. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.