Participantes , cuento 17:

*lider-de-masas**Silvimar***cromatica****umbrio

La muerte aguarda en Marbella

Marbella 15 de Mayo de 2012, en una impresionante villa en la lujosa urbanización Palm Resort Marbella Club. 12:05 horas P.M.

El gordo Sergei, coge el teléfono móvil de la mesita de teka junto a la piscina.

- Aló.
- Ejecuta el plan...
- Entendido.

Sergei se levanta con dificultad de la cama balinesa, y bebe en pie un sorbito de Don Perignon Rosé, su albornoz entreabierto deja al descubierto su fofo y blanco cuerpo desnudo, se calza con dificultad unas chanclas hawaianas marca Lacoste y se dirige despacio hacia el interior de la casa, al pasar junto a la piscina, Roberto le salpica, lanzándole agua y un pícaro guiño, mientras hace sus largos. Su musculoso cuerpo completamente desnudo, incita al pecado a Sergei, que con un gesto le hace ver que tiene que entrar dentro de la villa.

Cinco minutos después, Sergei sale al jardín y se dirige decididoo hacia la piscina, pasea despacio con las manos atrás, el albornoz sigue abierto, su panza bambolea al ritmo lento de sus pasos. Roberto lo ve llegar y nada rápidamente hacia el borde de la piscina, apoya sus fuertes brazos en el filo y de un salto se pone en pie, su cuerpo moreno, perfectamente perfilado de gimnasio luce brillante al sol de mediodía, una sonrisa ilumina su cara y se agacha para recoger una toalla del suelo. Sergei se acerca dejando caer resbalando por los hombros el albornoz, Roberto le sonríe y se acerca a él, para besarlo, en ese momento Sergei muestra su mano empuñando una pistola con un gran silenciador que le apoya en la cabeza y dispara.
- ¡Imbecil!, sale de su boca con un fuerte acento ruso
Alexei se asoma al jardín al oír ruido
- ¡Limpia esta basura!, -exclamó Sergei con furia- ¡Vamos!

Bavíja, Oeste de Moscú, una lujosa dacha propiedad del General Yuri Limotenko, 15 de Mayo de 2012, 12:06 horas P.M


Beeeeeeeep. Beeeeeep, suena el móvil de Katerina,
- Tengo que cogerlo-dice besando a Mario
- Espera.
- ¡Tengo que cogerlo! – exclama furiosa, separándose de él.
- No tardes – dice Mario-, mientras peina su melena con la mano, dentro del jacuzzi.
El espectacular cuerpo de Katerina, se aleja contoneándose, dejando un rastro de agua desde el jacuzzi hasta la mesa estilo Imperio del pabellón acristalado de la piscina, aún queda algo de nieve en el exterior y su mirada se dirige despreocupada haia el gran ventanal.
- Si...
- Ejecuta el plan.
- Entendido.
Katerina cierra el móvil. Saca una botella helada de vodka Stolichnaya de la cubetera y sirve dos grandes copas, en la copa de Mario vierte el contenido acuoso y transparente de un anillo que luce en su dedo corazón.
Mario desde el jacuzzi, solo atisba a ver la magnifica vista de la exquisita espalda desnuda de Katerina,
- ¿Vienes ya?
- Voy, en un momento voy a hacerte lo que nadie te ha hecho nunca.
- ¡Ven!
Minutos más tarde Mario flota sin vida entre las burbujas del jacuzzi.

Un Porsche 911 GT3 abandona la dacha del General Limotenko por la impresionante puerta del recinto exterior, a unos quinientos metros de la casa. Conduce Katerina con unas grandes gafas de sol....

**
Por el camino pensaba como había cambiado su vida y la de muchos otros. No soportaba la prisión a la que había sido sometida al ser descubierta prostituyéndose en la calle, ellos no perdonaban y no había ley que la protegiera.

Las celdas hacinadas de gente de todo tipo la tenían deprimida, mujeres lesbianas que la acosaban y carceleros depravados que la usaban para ellos;

Ya no daba más .Estaba pensando en el suicidio cuando una nueva acortó la pena de los delincuentes a cambio de sus servicios, ella trabajaría en secreto para el gobierno, optando por acatar sus órdenes ante cualquier pedido, fuera matar o robar, sus trabajos serían pagos reduciendo o anulando su prisión.

Ahora iba en camino hacía el aeropuerto, se encontraría en Marbella con su amigo, el gordo Sergei, tenían una misión en conjunto, él era un asesino profesional y le había enseñado muchas cosas, entre ellas a manejar un arma, también a tener sangre fría ante cualquier cosa que debía hacer, iba en ello su vida y ella lo sabía muy bien. Por otro lado ya no podía controlarse, hasta sentía placer cuando tenía que matar a alguien, su vida anterior había sido muy frustrante y necesitaba vengarse, principalmente si su misión era matar a un hombre, primero jugaba con él seduciéndolo hasta el límite de que la deseara con pasión y después ante el mandato de sus jefes le acertaba con un tiro en medio de la frente, el placer era tan grande que……

***
El teléfono blanco sonaba y no lo había notado, sumida en sus pensamientos.

- Espabila! ¿por qué no atendías, perra? - la voz colérica de Timofei la devolvió a la realidad. Había cambiado mucho desde que se conocieron.

- Lo siento, iba a tal velocidad que...

- Nada de excusas, supongo que has llevado adelante tu parte del plan. El avión te espera, recuerda que eres la sobrina de la esposa de Limotenko, saca tu parte latina, olvídate de tu estancia en Rusia como prostituta y habla de manera tal que tu acento deje claro que no eres rusa.
- De acuerdo. ¿El contacto sigue reconociéndome por Mandrágora?

- Si, como siempre. Y no conduzcas tan rápido: tu vida no vale nada, pero tu actuación en este plan es vital. Y puede que hasta sea muy generoso contigo....


- Sabes que he aprendido de Sergei, entre otras cosas, a obedecer.

- No confío en Sergei. Y tampoco deberías confiar tú. Cuando el avión llegue a destino, él te estará esperando. Pero esta vez, las instrucciones estarán dirigidas a tí.

Cuando cortó la llamada, ingresaba al impresionante aeropuerto. El MOW tenía una fluida actividad, pero debía coger su vuelo en Vnúkovo, ya que permitía la privacidad que requería la operación. Debían extremar los cuidados.

Katerina dejó el coche en el estacionamiento de la zona Militar, dejó las llaves puestas, no sin antes repetir la escrupulosa limpieza de sus huellas digitales, tal como lo había hecho en la dacha. Ajustó el cinturón de su abrigo y corrió hacia el edificio.

- Documentos pidió el guardia de seguridad, Katerina le entregó su pasaporte cubano.

- Nacionalidad cubana. ¿Motivos de su estancia en Rusia desde.... 2006?

- Soy la sobrina del General Limotenko. Bueno, en realidad, de su esposa.

Sin inmutarse, el guardia respondió: - Ah, la sobrina de Mandrágora Limotenka. - miró la hora y dijo - Su avión la espera. Ya puede pasar.

A las 17:06, tal lo previsto por Timofei, despegaba hacia Marbella, aunque su reloj biológico se había detenido a las 12.10. Cada vez le pesaban más sus misiones, después de tantos años esa excitación que sentía al matar, se iba degradando. Quizás fuera la edad, sus planes frustrados: cuando era niña decía que sería maestra y tendría muchos hijos, propios y ajenos. Añoraba el calor de su tierra. Su familia. La paz de su cielo azul.

Cerró con fuerza su mano y el anillo vacío con el que jugaba, le abrió una herida diminuta. Se llevó el dedo a la boca en el momento exacto en que el capitán comunicaba "Puede desabrocharse el cinturón".

Mirando por la ventanilla, de manera vertiginosa e incoherente, un sinnúmero de recuerdos se agolpan en sus sienes, provocándole naúseas. Nunca debería haber hecho caso a Timofei... la evocación de ese nombre se convirtió en una cortina densa en cuya niebla, su voz le preguntaba ""Kak tvoyó imia?"…. ella no entendía, y fue su amigo Sam quien le dijo: Catalina, se llama Catalina. Se enamoró perdidamente de Timofei y con él, entró en una espiral de sexo, deseo, sufrimiento... hasta llegar a la prostitución, muy lejos de su amada Baracoa. "De ahora en más, serás Katerina" fue lo último que le dijo Timofei antes de entregarla a Sergey.

Llorando, con la sangre seca en la palma de la mano, Catalina se quedó dormida. La despertó la voz de Sergei, que había subido al avión al no verla descender

- Pero tú eres idiota o qué? Sabes lo escrupuloso que es El para los horarios.

- Estoy cansada, Sergei. No me fastidies.

- Y de donde te salen esos aires ahora?

- Del hartazgo. Vamos, quiero terminar con esto de una buena vez.

Se alojaron en el Vasari. Como en cada operación que realizaban en Marbella Timofei había previsto habitaciones separadas y esta vez ella no estaba dispuesta a contradecirlo. Estar con Sergei le resultaba cada vez más nauseabundo.

- Aún no he recibido el llamado, le dijo Sergei.

- No. Esta vez las indicaciones estarán en recepción, a mi nombre.

El cuerpo obeso cimbró un poco cuando levantó los hombros. Tal vez, él también estuviera cansado. ¿cuántos cuerpos sumarían entre los dos durante este tiempo trabajando juntos? Sacudió la cabeza y al llegar a recepción, se anticipó a registrarse para subir a la suite.

Antes de dirigirse al ascensor, pasó la mano de gruesos dedos por la carne lívida y fina de la muchacha, y le susurró "no demores, jugaremos un poco antes de cumplir con nuestras obligaciones"

Con más impotencia que rabia, Katerina se acercó a una mesa mientras le subían el equipaje, y rasgó el sobre. El contenido la dejó atónita.
****

El gordo Sergei entra a la habitación 409, contigua a la 407 donde se hospedará Keterina. Deja caer sobre la cama su inmensa humanidad y del bolsillo derecho saca el celular para escribir un mensaje que salva para usarlo posteriormente, al concluir llama a Timofei.

-¡Listo! Se acabó su ciclo. Corta la llamada y abandona el celular sobre la cama.

De la habitación de Katrina, comunicada con la de Sergei, llega su voz que pregunta si puede entrar.

-Entra. Responde lacónico Sergei. –Te estoy esperando.

El rostro de Katerina aún luce descompuesto, no ha logrado salir del asombro que le causara las instrucciones de Timofei y como si ello fuera poco la pregunta se Sergei aumenta la estupefacción.

-¿Cómo piensas matarme? -y agrega-. No me mires así…lo sé. También tengo órdenes de matarte.

En ese momento suena el timbre del celular de Katerina, ella se extraña que esté en posesión de Sergei, lo había extraído de su bolso mientras dormía en el avión.

-Debe ser Timofei para corroborar tu muerte. Guarda silencio y cerciórate por ti misma. Le invita con voz indulgente.

-¿Timofei? Te lo dije ya no te dará problemas. Sergei hace una pausa mientras Timofei habla y después responde: “de acuerdo aquí te espero”.

-Bien Katerina seré breve. Timofei mató a tu padre hace muchos años, él pertenecía a la agencia por esa razón estás aquí. Él está en Marbella y viene a matarme. Le estorbamos.

Hasta ese momento Katerina, que desplegaba los labios inútilmente, no decía nada. Sergei continuó locuaz.

-Timofei cree que estás muerta, cuando él llegue podrás dispararle desde el closet para vengarte. Después serás libre, sólo él sabe de ti.

Katerina no tuvo tiempo de responder, rudos golpes llamaron a la puerta. Katerina se escurrió con celeridad hacia el closet, prolija enroscó el silenciador y cortó cartucho.

Timofei entró con prisa y se plantó frente a la cama del gordo Sergei que seguía tirado sobre la cama. Timofei quedó convenientemente de espaldas al closet.

-¿Dónde está el cuerpo de Katerina? Preguntó el jefe.

-Vienes a deshacerte de mí lo sé y para garantizar mi seguridad lo he guardado para incriminarte. Le decía, ganando tiempo, mientras le apuntaba con su celular como si fuera un arma. Al ver que Katerina no disparaba cerró los ojos y oprimió el botón para enviar el mensaje que había guardado.

Timofei no respondió y accionó en tres ocasiones su arma. No escuchó que detrás de él tres balas le arrancaban la vida. Katerina intencionalmente dejó que Timofei asesinara a Sergei para quitarse a los dos de encima.

Katerina regresó a su habitación, toma una ducha rápida para desprenderse del olor a muerte y abandona la habitación. En la recepción del Vasari entrega la llave y el recepcionista le entrega un sobre. Lo abre y lee el contenido, era de Sergei.

-Si lees esta carta significa que me has traicionado, que estás perdida. No confías en nadie y no hay quién confíe en ti. La policía te espera afuera del hotel. No hay rasgo humano en ti. Ese es tu crimen y tu castigo.

FIN