En la selva amazónica, se escucha de vez en cuando, un grito que dice: AYAYMAMA. Las personas que escuchan se ponen tristes, otros tienen miedo porque saben que es el espíritu de una niña que llama a su mamá.

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Se cuenta que hace muchos años en el Pajatén, vivían Halona y Wapi, ellos tenían varios hijos, entre ellos tenían dos hijas, uno de sus hijas tenían 10 años y la otra 8 años.

Halona les enseñaba que deberían ser obedientes, hacendosas y no deberían mentir; siempre les repetía que cuando se vayan a un lugar, deberían ir solamente al lugar que ellos eran enviados y sin distraerse o desviarse de su camino, ya que ellas no estaban preparadas como los varones a ir en aventuras. Solo deberían obedecer a sus padres.

Un día Halona decide enviar a sus dos hijas a entregar alimentos para sus hermanos que estaban trabajando en su chacra.

La última niña era muy traviesa, empezó a ir jugando por el camino, ella estaba distraída e ingreso por otro camino que no era el indicado.

La hermana mayor se percató que su hermana estaba yendo por otro camino y se fue a llamarlo.

-¡Regresa, ven por acá!-Gritó la hermana mayor.

-¡No me fastidies!-Contesto la menor, molesta.

-¡Estas yendo por otro camino!-

-Está bien, espérame- contesto

La niña regreso y ellas siguieron caminando. La menor recogía cada semilla que encontraba en el camino.

Cuando estuvieron cerca de un riachuelo que tenía un pozo muy profundo, la niña se fue a jugar con el agua del lugar, la hermana mayor insistía que deberían obedecer a su mamá.

-Debemos seguir caminando- Lo dijo la hermana mayor

-Espera un ratito- Contesto la menor

-No deberías jugar en ese pozo, es peligroso-

-No pasa nada-

La niña estaba jugando con el agua sin medir las consecuencias.
De pronto ella cayó en el pozo, ella no sabía nadar, llamo a su hermana para que le ayudara.
La hermana mayor corrió, agarró una rama de un árbol seco, hizo que su hermana se agarrara de la rama, cuando jalo la rama se rompió.

La niña ya estaba en medio del pozo, braseaba, gritaba y pedía ayuda.

La hermana mayor no podía hacer nada, ella no quería meterse en el agua del pozo porque no sabía nadar, vio a su hermana menor como se desesperaba, la menor sacaba la cabeza del agua y pedía que le ayuden, luego se hundía de nuevo. La hermana mayor comenzó a llorar.
-!AYAYMAMA!, !AYAYMAMA!, !AYAYMAMAAAA!- Llamaba la niña a su mamá.

La hermana mayor desesperada, vio cómo su hermana, repitiendo AYAYMAMA se hundió y no salió del pozo, ella corrió por el camino hacia donde estaban trabajando sus hermanos, llego y no sabía que decirlos.

-¿Viniste sola?-Dijo unos de sus hermanos

-Si- Contesto ella.

-¿Por qué estás pálida?-

-Vine corriendo y estoy cansada-

La hermana mayor estaba preocupada que su mamá le echaría la culpa por lo sucedido y decidió no contar a nadie. Cuando ella estaba conversando con sus hermanos, escucharon en medio del bosque, una grito que decía: AYAYMAMA, AYAYMAMAAAAA; con un eco que se perdía en medio del bosque.
Su hermano se sorprendió porque nunca había escuchado ese grito, de pronto escucharon de nuevo el mismo grito.

-Regresa a la casa, voy a ver que es-Dijo su hermano

La hermana mayor regreso corriendo por el camino, cuando pasaba por el pozo escucho la voz de su hermana que decía ¡AYAYMAMA!, la voz salía del pozo, ella corrió más rápido y llegó a su casa.

-¿Tu hermana?- Pregunto su mamá

-Antes de ingresar al camino mi hermana regreso, debería de estar en casa- Dijo ella.

Halona, pensó que su hija debe estar con algún familiar y no se preocupó, confiaba en que su hija le decía la verdad.
Pasaron unas horas, Wapi pregunto por su hija, Halona le dijo que debe estar con algún familiar.
Wapi se molestó, porque su esposa no sabía dónde estaba su hija, él envió a sus hijos a buscarlo por las cercanías y no le encontraron. Los padres y familiares de la niña preguntaban por todos lados y nadie lo había visto.

Pasaron unos días; Wapi y Holona juntamente con su hija mayor se fueron a su chacra, cuando pasaron cerca al pozo, la hija mayor pasó corriendo.

Halona y Wapi escucharon un grito fuerte que dijo: ¡AYAYMAMAAAA!. Ellos se sorprendieron.

-Tengo una corazonada que me llaman -Dijo Halona

Ella se paró, se acercó al pozo y comenzó a mirar de donde vino ese grito, pero de pronto escucho otro grito más despacio: AYAYMAMAAAAA.

-Ciento que me llaman- Repetía Halona
-No te preocupes, debe ser algún animal-Dijo Wapi

Ellos siguieron avanzando.

La hija mayor camina muy cerca a sus padres y preocupada.

Cuando llegaron a su chacra, escucharon de nuevo en medio del bosque que alguien decía AYAYMAMAAAA, ellos miraban de donde venía ese grito, sacaron un poco de yuca y decidieron regresar.

En el camino Halona se dio cuenta que olvido un bolso, dijo a su hija que regresara para traerlo. La hija mayor regresó, encontró el bolso y avanzó rápido para alcanzar a sus padres, pero ellos ya habían avanzado bastante, ella llegó cerca del pozo donde su hermana se había ahogado, de miedo comenzó a mirar el pozo, de pronto del agua salió la cabeza de su hermana.

-AYAYMAMA, AYAYMAMAAAA- Gritaba la cabeza .

La cabeza dando rebotes en el agua vino hacia ella, ella comenzó a correr, la cabeza le decía no me dejes, llévame con mamá, ella corría y la cabeza seguía atrás de ella saltando, de pronto la cabeza mordió el tobillo de su hermana, ella agarró la cabeza corrió al pozo y lo tiró de nuevo al agua, corrió sin mirar atrás, llegó a su casa llorando y dijo a su mama que le había asustado el AYAYMAMA, así pasaron otros días más.

Una noche de luna llena. Halona dormía y sueña a su hija menor.

Su hija se presentó ante ella y le dijo:
Mamá yo estoy feliz en un lugar muy bonito, los espíritus del bosque y el agua me convirtieron en algo que ustedes siempre escucharan toda su vida, soy un pájaro que cuidare de ustedes, otra parte de mi vive en el fondo del agua, no te preocupes, no decidieron buscarme, pero por eso no les reprocho, al contrario yo estoy siempre con ustedes a donde vayan, en cuanto a mi hermana, ella no tiene la culpa que yo esté en este lugar, yo decidí estar aquí, solo pido que cuando se vayan a la chacra, no se olviden de tirar semillitas en el pozo. Te quiero mucho AYAYMAMAAAAA.

Y así hasta el día de hoy en el Pajatén, en el valle del Huayabamba y toda la amazonia peruana, se escucha de vez en cuando al AYAYMAMA.
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Autor: Rusbel Galán Marín
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