Sin leer a Baudelaire
maldigo su poesía,
me estimo poeta
mas soy analfabeta,
busco las formas
de deformar el formalismo,
de ignorar al hombre imaginario
de huidobro
y de Bajar del firmamento
a Nicanor, el semidios.
Chile país de blasfemias,
de drogadictos ilustrados
con egos hiperbólicos,
vomito los peores versos
para los peores poetas,
no me identifico con el complejo
de Rubén Darío,
derramo petróleo sobre las aguas
de su espejo
y gozo al ver como mueren los patos,
no me apasiona el poder
como a Neruda,
por eso a martillazos me mata.
Sinceramente al aire disparo
sin pistola ni tinta,
me faltan libros y talento
en el cuerpo,
un poco más de la Gabriela
tal vez o quizás de "Justin Rimbaud",
- mi generación no justifica mi pobreza-
oh que pena mi poema,
nació difunto para hacer ataúdes,
si el viejo Borges me pudiera leer
regresaría llorando a su oscuridad,
y si Juan Emar me descubriera,
mi métrica de dos más dos
resultaría cinco. |