La primera vez que ella contemplo su rostro reflejado en el manantial,
Se dio cuenta que su belleza era tal que solo podía ser un ángel.
Tu paso por mi lado fue breve y alado, pero dejo huella,
Como hojas perladas de rocío o una suave brisa de verano.
Dime querido espejo, depositario de antiguos secretos,
¿Dejo ella algo de su belleza atrapada en tu silenciosa superficie?
Amanece en esta lejana y secreta playa,
Y una gaviota cruza el cielo llevándose la noche.
Una sombra anduvo por años buscando un cuerpo
Cuando por fin lo encontró, el Tiempo casi lo había devorado.
Se me escapa el Tiempo de las manos
Pero regresa recobrado con uno de tus besos.
El agua se parece tanto a ti,
Por tranparente, fluida y luminosa.
Pasaste por mi vida con la elegancia de una gacela,
Por la brevedad y gracia de tu femenino paso.
Tu belleza es tan esplendorosa, que a veces no sé
Si te soñé o te invente, querida mía.
Después de una frenética noche de amor,
Dejaste mis sabanas impregnadas de tu perfume y tus ardientes efluvios.
Los gatos y la noche se parecen mucho,
Ambas llevan la Luna a cuestas.
El fogón prendido y la cafetera pasando el delicioso café,
El pan recién horneado y la sencilla mesa servida,
Solo me faltas tú, querida tía Augusta, para que esto sea una fiesta.
Amor mío, cuando tú estás a mi lado.
Hay una estrella menos en el cielo.
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