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LA BUGANVILIA


Dos años demoro la Buganvilia en entrelazar sus ramas por el tejido de alambres; sus ramilletes de flores rojas le daban un gran colorido a la “terracita,” que había formado cuando seleccione aquel pedazo de patio y le ubique los muebles de hierro con su mesa y sus cuatro sillones . Coloque mis orquídeas bajo aquella sombrilla natural dandole aun mas color y haciendo de aquella parte del patio un lugar intimo y acogedor. Por la misma razón los sinsontes ,posandose en las ramas mas altas ,entonaban sus cantos y llamados de amor, dandole música a aquel pequeño pedazo del perdido jardín bíblico..

— ¡ Papa, papa.. — Interrumpió, mi hijo, mi lectura de las noticias en el diario matinal — ¡Mira lo que encontré — Me dijo nervioso y excitado mientras me mostraba un pichoncito, medio emplumado, de sinsonte.
— ¿ Y, esto..? — Pregunte confundido.
— Estaba debajo del árbol grande que esta en el fondo del patio, en el suelo, y las hormigas comenzaban a picarlo..
— Tenemos que regresarlo al nido— le dije en tono conspirativo — Buscare la escalera para devolverselo a su mama — La pequeña “mama” sinsonte revoloteaba inquieta, sobre nuestras cabezas, brincando de un lugar a otro mientras emitía cortos y estridentes llamados y amenazas.
El nido estaba deshecho y lleno de hormigas por lo que decidimos construirle otro hogar . Conseguimos hierba seca y entretejimos con ella una cavidad, semejando como lo hacen los pájaros, y con una tela metálica fabrique una jaula rectangular sin la parte superior para que la enfurecida mama pudiera entrar y el pichoncito no pudiera volver a caer.
El mejor lugar, que encontramos para colocar “nuestro” nido, fue en la terracita bajo las ramas entretejidas de la Buganvilia ; quieto y protegido del intenso y caliente sol de aquellos meses. También lo colocamos allí para poder vigilar si la madre lo venia a alimentar o poder actuar si las lluvias o alguna tormenta pudiera destruirlo e, incluso, alimentarlo nosotros mismos en el caso de que la inquieta madre no tuviera el valor de entrar en el nido construido dentro de una jaula.
Fue impactante para nosotros cuando, después de algún tiempo de indecision, cautela y
atrevimiento la enjuta mama ,saltando ágilmente por dentro del entrelazado de ramas de la Buganvilla, entro en la rectangular jaula para alimentar al feo y delicado pichón, que abría y batía sus, aun, no emplumadas alitas, con su amarillo gran pico abierto recibiendo el ansiado alimento, que su valerosa y abnegada madre le traía exponiendose al temido peligro de ser apresada..
¡ Oh Dios, con que amor y sacrificio aquella madre vencía obstáculos para proteger y alimentar a su cría. Bello ejemplo de mi Dios expresado de la forma mas sublime : Amor..amor maternal.
Mire de soslayo a mi pequeño hijo, sus ojitos tenían lagrimas, con disimulo quite una mía.

Durante toda una semana ,mi hijo y yo observábamos el comportamiento de la flaca y huesuda madre. Ella no dormía en el nido que habíamos construido pero aun el sol no alumbraba las ramas mas altas de nuestra Buganvilla y ya ella estaba con su estridente silbido llamando a su hijo, como diciendole “...ya estoy aquí..” Posada en una rama del árbol de aguacate, inquieta y vigilante. Inquieta y vigilante . El gato del vecino ya rondaba acechante, alertado por el continuo llamado de la madre al hijo.

— ¡ Lo vi, papa...lo vi — Mi pequeño hijo venia corriendo hacia mi con su carita desfigurada por el llanto.
— ¿ Que vistes; que paso..? — pregunte con preocupación .
— ¿ Porque mi Dios lo permite papa.? ¿ Porque?
— ¿ Que es lo que permite Dios ? — dije extrañado .
— La llevaba en la boca y ella trataba de escaparse...yo trate de alcanzarlo pero no pude, el salto la cerca y se perdió...— decía el niño entre profundos sollozos . Lo abrace y lo apreté contra mi pecho ¡ Como podría explicarle a un niño de seis años que nuestro Dios de Amor, en su creación había establecido una cadena alimentaria Una cruel cadena donde existían depredadores y victimas...¡ Todos contra todos.. También el pájaro, se comía a la mama gusana y nosotros nos comíamos a todos....¿ Como decirle que ese Dios de amor , nuestro Dios permitía que el gato del vecino matara y se comiera a la mama de nuestro pichoncito.? ¿ Como explicarle que ese, nuestro Dios, nos lleno de instintos que nosotros, después, condenamos ¿ Como decirle que yo mismo estoy confundido?
La jaula con el nido continuo bajo el techo de Buganvilla solo que en aquel pequeño pedazo del jardín bíblico apareció una serpiente.

Texto agregado el 27-07-2012, y leído por 220 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
25-09-2012 Que leccion mas estupenda has sabido exponer en este cuento lleno de ternura, amor y tragedia. elpinero
21-09-2012 y como podemos cuestionar los designios divinos?somos humanos!!algo tendremos que hacer para estar en su presencia y preguntar,pero creo que se nos olvidaran todas las preguntas...ah! por cierto fue un enorme placer leer este cuento encantador,estrellas,muchas. ana_blaum
04-08-2012 Concuerdo plenamente con Zepol y Senoraosa. La lectura me ha dejado sin palabras... Cuántas veces también me he preguntado porqué Dios permite tantas cosas horribles... Cuántas veces he blasfemado.... creaDada
27-07-2012 Así es la vida, llena de matices, donde lo belleza y la crueldad conviven cada día, igual que en tu historia. Muy bello, gracias.**** senoraosa
27-07-2012 Maravillosa historia, Juan. Un texto cruel expuesto con una ternura poco frecuente. Te felicito de la forma más efusiva. ZEPOL
 
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