Algunas veces siento que la vida se asemeja a un círculo con dos caras, una blanca, la otra negra, que cuelga de un piolín mágico y gira sacudida por un viento fantasmagórico que llamamos tiempo.

Juguete, acaso, de algún gnomo cruel y perverso que muestra la luz para luego, inmediatamente, sumirnos en sombras.

Una alegría sucede a los ojos brillantes de llanto amargo; una pena se consuela con el amago frágil de una sonrisa.

El círculo de la vida...

Un deambular buscando sin encontrar nada, o encontrando sin buscar (y tantas veces por no buscado se lo deja pasar...).

Una cachetada seguida de un abrazo fuerte; un beso que no advertirá del tajo que vendrá luego.

Una bienvenida con el adiós en la mano; una mirada que se evaporará en la ceguera, una voz que perderá las palabras, una música que virará en ruido...

Mis manos toman una taza de café y las disfruto, las fotografío con esta mente memoriosa porque sé que luego habrá vacíos, huecos que sólo el recuerdo podrá llenar imitando con aserrín lo que fue de porcelana.

Un círculo de dolorosos contrastes que, en ocasiones, gira demasiado rápido, tan veloz es el cambio que a veces no nos damos cuenta si reímos o lloramos, si abrimos los ojos con asombro, o los cerramos con temor.

Aparece entonces el gris de la melancolía, el de la lluvia... y el simple respirar se torna en algo maravilloso y doloroso a la vez.

De cuando en cuando nos alcanza la belleza en su totalidad, la asimos, palpamos cada uno de sus pliegues, nos sumergimos en su perfume, no queremos que nos deje nunca. Y de pronto una náusea nos avisa que se nos hace insoportable contemplarla, y se aleja, y corremos tras ella sin querer alcanzarla de nuevo.

Azaroso que un gnomo caprichoso y arrogante juegue sin recreos con ese círculo de contrastes al que nosotros, ignorantes de la situación, llamamos tan ilusionadamente vida....

O quizá, también, aguarda, sorprendido por nuestra pasividad, a que estiremos el brazo, y resueltamente tomemos ese círculo en nuestras manos, y se lo arrebatemos, de una vez por todas, sin más ni mas