Necesito un enemigo.
Estoy cansado, aburrido, lleno de tedio. Hoy es uno de esos días en que me debiera haber quedado en cama hasta mañana o pasado por lo menos. Trato de leer algo en la Página de los cuentos y todo me parece insulso, estúpido. No termino de leer nada, ni prosa ni poesía. Nada me gusta, nada es de mi agrado. Me dan ganas de escribir comentarios llenos de ponzoña, criticando con saña los atroces relatos y poemas que he leído hoy. Pero leo los comentarios anteriores que han dejado otros lectores y a todos les parece que estas bazofias merecen cinco estrellas.¿Porqué tanto amiguismo? ¿Porqué tanta mentira? ¿Es el deseo inconfesable de hacer amigos que nos critiquen a nosotros también con benevolencia?
Porque algo de eso debe haber. No he leído ninguna crítica razonada. Todo se vuelve felicitaciones y frases hechas: “Me conmoviste”, “tu inteligencia es fabulosa”, etc. y si leemos el bodrio, sentiremos vergüenza ajena.
¡Cómo extraño a ese cuentero que era mi enemigo! Cuando me sentía mal, me bastaba ir a su Libro de visitas y lo puteaba de arriba abajo. Y a él le debe haber pasado lo mismo, porque a veces y sin esperarlo, tenía mi Libro de visitas lleno de insultos y groserías de parte de él.
Aunque me decía que tenía motivos para agredirme. Aseguraba que yo le había quitado la novia virtual que tenía en la Página y por eso me odiaba. Lo más risible de todo, era que mezclados con los insultos nombraba a Dios porque parece que era muy religioso: ¡Andate a la c. de tu madre, que Dios te va castigar, boludo de mierda! ¡Mirá que Nuestro Señor no perdona!
Claro, esto me daba pie, para descargar mis iras en el pobre infeliz y lo insultaba hasta que me dolían los dedos de escribir tantas malas palabras. Después me sentía bien. Tan bien que me ponía a escribir algún cuento, no importa si malo o peor, pero estaba aliviado.
De pronto dejó de visitarme. Lo insulté un par de veces más, pero no obtuve respuesta. Me decepcionó. Después me enteré que tenía una nueva novia virtual (su nick empieza con Y) y pronto lo olvidé. Pero no del todo y a veces reconozco que lo necesito. No tengo a quien putear cuando estoy con bronca como hoy.
Si por casualidad llegás a leer esto “J”, debes saber que me haces falta.
Mientras, tú, lector ¿no quieres ser mi enemigo?
Texto publicado en 2008
P.S. Queridos lectores. Creo que he encontrado a otro enemigo. Espero que me dure, porque por la foto de su bio, se lo ve bastante viejo y derruído. Le dedico esta reflexión.
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