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Con la ayuda de sus amigos, Jorge fue trasladándose de ciudad en ciudad, huyendo de los policías y buscando a su novia, quien hacía meses había desaparecido luego de que la descubrieran repartiendo panfletos en contra de la dictadura.
Su objetivo era ocultarse por un tiempo en la casa de un amigo, que vivía en el interior, cerca del monte. Durante el trayecto no tuvo problemas. Pero al llegar a destino, se llevó una desagradable sorpresa.
Se encontró con dos policías, que habían golpeado a su amigo hasta que confesó que Jorge se ocultaría en su casa.
- ¿Jorge Ramírez?- le preguntó uno de los policías al recién llegado- tenemos órdenes de llevarlo preso, por alterar la paz de país y por querer atentar contra la vida del Presidente de la República.
Jorge había participado en un grupo de oposición, cuyo objetivo era derrocar al presidente y dar inicio a la democracia. Sin embargo, jamás planearon atentar contra la paz ni contra la vida del dictador.
Antes de que los policías se abalanzaran sobre Jorge, la mamá del muchacho golpeado apareció, con una pistola en la mano. Empezó a disparar contra los malditos que lastimaron a su único hijo, mientras lanzaba maldiciones y amenazas.
Una vez comenzado los disparos, Jorge no tuvo otra opción más que correr por su vida. Como estaba cerca del monte, se metió entre los árboles y confió en que la naturaleza lo salvaría de una tortura segura.
Siguió escuchando los gritos y los disparos, a pesar de que ya había andado mucho. Entonces, se dio cuenta de que era su conciencia, el que le había rebobinar una y otra vez lo que presenció en ese lugar. Y tanto lo repitió en su mente, que enloqueció y perdió la noción del tiempo.
Sueño… pesadilla… realidad… por un momento, sintió que seguía siendo aquel niño cabezudo, que jugaba a la pelota con los vecinitos del barrio. En uno de sus juegos se desmayó y tardó mucho en levantarse. Creyó que todavía seguía ahí, durmiendo, y que todo lo que había vivido era solo un sueño.
De pronto, sintió que caía en un pozo profundo, cayendo junto a él toda esperanza de vivir. Escuchó un grito lejano, distante, venido de otro mundo. Cuando el grito cesó, sintió un fuerte golpe en la cabeza, que lo dejó inconsciente por horas.
Al despertar, lo primero que vio fue el rostro de su novia, Lucero. Estaba demacrada, con grandes ojeras y labio partido. Jorge no sabía si era otro sueño, pero al escucharla hablar, comprendió que siempre había estado en la cruda realidad.
- ¡Por fín te encontré!
Ella lo abrazó, mientras empezaba a llorar silenciosamente. Él le acarició un brazo y ella se echó hacia atrás, soltando un quejido. Jorge vio que tenía moretones y fuertes rasguños tanto en los brazos como en las piernas.
- Todos nos preocupamos- murmuró Jorge- ¿Qué te hicieron?
- Yo no quería… pero me obligaron… ¡Fue la muerte!- dijo Lucero, pasando sus adoloridas manos entre sus piernas.
Las lágrimas silenciosas se convirtieron en sonoros chillidos, maldiciendo aquel día en que la destruyeron completamente solo por sus pensamientos acerca del gobierno y de la vida.
Jorge lo comprendió todo. Ella siempre había sido una mujer valiente y pagó muy caro por ello. Sintió el deseo de amarla y protegerla, haciendo todo lo posible para que se recuperara y volviera a ser la misma Lucero optimista y fuerte de antes. Por lo tanto, la tomó de los hombros por delicadeza, la miró directo a los ojos y le dijo:
- Al menos, estamos juntos en esto. Casi me atraparon, pero logré huir e inicié este viaje solo para encontrarte. Te quiero sin objeciones, te quiero por lo que sos. Y cuando logremos superar esta pesadilla, seremos felices y formaremos una nueva vida.
Se abrazaron, mientras el tiempo pasaba lentamente. Aún si los torturaban, aún si nadie los protegería, e incluso si se viesen en la obligación de abandonar el país, se tendrían el uno al otro para sobrellevar aquella pesadilla en la que se necesitaba de astucia y habilidad para escapar ileso de las terribles garras de la dictadura y la opresión.

Texto agregado el 23-07-2012, y leído por 142 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
24-07-2012 No hay que escapar de las terribles garras de la dictadura y la opresión. Hay que cortarle la cabeza. ZEPOL
23-07-2012 ya es hora de no arrancar.....olvidar las horas perdidas a golpes de porque..saludos atte perres perres
 
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