Un festejo Siempre te he buscado Siempre te he llamado Cuando más triste me sentía Un regalo me ofrecías Con tu infinito amor En un amanecer soñoliento Aún sin nacer el sol Aún durmiendo el viento Mi espíritu a volar sacaste Y contigo me llevaste En las alturas me veía Entre nubes de felicidad me sentía En el rocío de la madrugada Los rayos de luz se miraban En mil colores repartían sus reflejos Era un regalo de belleza, era un festejo Mi alma quise regalarte No quería volver, quería quedarme En tus maravillas extasiada De tu luz iluminada Más nuevamente en mí Nuevamente aquí Mi cuerpo no mover quisiera Si mi espíritu volar pudiera Ma. Consuelo Idrobo Julio 2002
Texto agregado el 22-07-2012, y leído por 112 visitantes. (1 voto)