Horas sin sueño me golpean,
Mientras pronuncio tu nombre en silencio.



Te envuelve el vestido de la lluvia,
Y tu nombre es un poema inacabado.



No me atrevo a atravesar esa vieja puerta,
Detrás están todos los recuerdos de mi infancia.




Colecciono con devoción cada hora que me separa de ti,
Porque la vida posee la bella incertidumbre de no saber si te volveré a ver.




Tu rostro enmarcado con la inmensidad del cielo,
Es la obra de arte más bella que poseo.




Las ventanas cubiertas por el frío vaho del invierno,
Me dejan ver a duras penas como te alejas de mi lado.




Vas cerrando muy despacio tus ojos
Mientras mis labios luego de susurrar tu nombre
Descienden para robarte un beso.




Esta es la rosa de la quimera,
La primera rosa del invierno,
Cuyos delicados pétalos te rozan como un beso



El pedernal que labro el rayo en la desolada llanura,
Tiene escrito tu nombre con letras de fuego.




Si tu cuerpo fue alguna vez hoja o rama,
Aun conservas la suavidad de un tierno brote.




Escribo poesía, querida mía,
Porque es la única manera de decirte cuanto te amo.