El sujeto de mi explicación no eres tú,
ya no recuerdo el origen de todo…
sabrás que conocerte ha sido violento,
y despegarse de esto inexplicable no está claro.
Te presentas categórica… ¡insultándome otra vez!
Bajo el pareo tu biquini Calipso,
en la mano un coñac,
desde tus bordes un sudor limpio,
y el sol perforando el paisaje.
Estoy escribiendo algo bajo el quitasol,
aun mareado por lo de anoche,
persisto en el tema obsesivo,
la historia maldita con final turbulento.
Nada se mueve…
solo tu cuerpo en el extremo,
requiriendo suaves perversiones.
Ya he hecho esto antes,
ya he estado aquí adherido a tus patologías,
te estoy describiendo en este mismo instante…
y mi locura señala un desdoble horrible,
¿acaso no estoy aquí, junto a tu cuerpo efímero?...
¿es posible que esté en un cuarto mal oliente y frio imaginándote?,
de nada sirve preguntarse si estas desvariando,
lo mas objetivo es un “si” gigante.
termino un capitulo mas…
y lo sabes.
te sacas el biquini y al agua – espejo,
llegas a mi orilla y tu pelo negro chispea en gotas de plata.
“¿Almorzamos?” pregustas…
Esto lo escribí,
si… ya lo escribí.
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