11 de agosto.
Estuvo aquí. Llegó, como llega cada día... sentí su olor único, inconfundible, a hombre, a tabaco, presentí su rastro...dulce mezcla de calor y sudor.
Hablamos por no sé qué tiempo, de literatura , de planetas , de sol, de agua... de todo y de nada. No recuerdo en qué momento exacto comenzaron los besos, y tampoco en que instante pasamos a los hechos. No puedo asegurar qué es más intenso, si la temperatura a mil grados del ambiente, o ese calor que me apremia cuando me posee. He conocido la plenitud solo cuando me hice Una con Él, y sintiéndome poseída me sentí a la vez su dueña. Mi universo, mi vida presente y todas mis vidas anteriores se juntaron resumidas en el sentimiento maravilloso que me invadió cuando lo tuve todo para mi, cuando se lo di todo, cuando sentí que, si El lo pidiera, podría mover el mundo, usando sus hombros como punto de apoyo... en ese momento que solo conocimos nosotros. Quise preservar de los malos tiempos y de las tentaciones, esa comunión que nos acercó, alma mía cuerpo suyo, manos suyas sexo mío, ojos suyos mirándome derretida, campanas sonando en mi corazón a cada embestida, deseo que creció con el roce de su miembro en esas paredes, entra, sale, posee, adora, enamora, besa...y el alma plena, amada, completa.
Quisiera no separarme más de Él, Mi Hombre para siempre y yo, Su única Mujer. El deseo me visita nuevamente, quisiera tenerlo piernas adentro , creer que he cruzado mil mares, carreteras, sinsabores, años y amarguras, solo para llegar a este momento...Roces, besos, toque...la inmensidad en un susurro, la eternidad entre unas piernas, la única verdad en el extremo de una varita mágica que entra en mi vientre y me convierte en humo, la historia del mundo resumida en un chorro ardiente que brota de Él y me llena de esperma y azúcar liquida. No es posible conocerlo y no amarlo.
Ardiente y mundano, nada inocente, con intenciones claras y gesto preciso, es en mi vida ese motivo que, si llegara el olvido, tendría por siempre para sonreír.
Mi único amor posible:. Quiero ser LA MUJER en tus sueños, en tu vida. Que si algún día besas otra boca, beses en ella la sombra de la mía. Que si se abren nuevos túneles a tu paso, añores la calidez y el terciopelo de mi refugio.
Quiero tenderme contigo y a tu toque, cambiar el modo en que la tierra gira, para verla ir y volver en torno tuyo. Verte desesperar y amar el temblor ancestral de tus manos al morder mi "manzana". Abrazarte, y recrear la tentación, tan vieja como el mundo, naciendo cada día en el placer compartido. Ir de tu mano cielo adentro y sonreír cuando descubras entre mis piernas la ruta hacia las minas del rey Salomón, no de diamantes, sino de amor , calor y ternura que se derraman (literalmente) en leche y miel.
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