Donde fuego hubo, cenizas quedan,
pero el viento, con su fría gracia, se las lleva.
Al llevárselas descubre las brasas
que reposaban escondidas y agonizantes (pero aún vivas).
Ahora, incandescentes, chispean y pareciera que
hierven y rebosan por el fulgor de tu amor.
Y musas crecen de aquellas brasas perennes: el fuego
que abraza mi piel tocando cada centímetro de ella.
El regocijo llega por fin y mi cuerpo ya no sufre,
mi mente ya no sufre, ya no piensa, sólo ama.
Y el fuego que canta junto al viento me acaricia
y evapora mis lagrimas con su calor... son exiliadas de mí.
Es verdad... te lloré, pero no un río, sino un mar,
pues provino de la soledad, de la angustia y de otros espectros de Pandora.
Cómo pueden ser dulces como el agua fluvial
si lo único que provocan es la sed... sed de ti.
Y, así, mis saladas lagrimas se esfumaron...
tan saladas como el Mar Muerto, tan muerto como mi alma.
No, perdón, no es muerte, para ello la vida tendría que haberme habitado antes,
y encontrar la vida antes de conocerte...no lo creo.
Tampoco es putrefacción, no, pues qué es eso sino vida,
no es acaso vida lo que surge de la descomposición?.
Es simplemente vacío, una eterna oquedad sin tiempo
que se alimenta de ti: de tu aroma, tu piel, tus labios,
tu mirada que me atraviesa el hígado como una daga...
y mírame, sangro... de verdad estoy sangrando, es sangre...!!!.
Quizás es eso... mi sangre, tú y mi sangre, ¿tú y mi sangre?,
son lo mismo, tú y mi sangre son lo mismo.
De pronto me doy cuenta que no estoy vacío, estás tú
llenando este cuerpo, eres tú la que sale de mi cuerpo... tú = mi sangre.
Mía?, mi sangre?, cómo puede ser mía si tú no eres mía... o
acaso eres mía?... no... yo soy tuyo, es diferente: mi cuerpo es tuyo.
Soy yo el que habita tu sangre,
quien te cubre y protege, pero también soy el que te retiene, quien te encarcela.
Por eso escapas?, por eso escurres y te resbalas por mi piel?, o
es que deseas también abrazarme como el fuego?, es eso?.
Quieres ser parte del fuego para erradicar las salinas lagrimas?
pero no es necesario, ya lo hiciste... en el momento que me besaste.
No es necesario sangrar más, porque estás ahí, estás aquí,
siempre estás conmigo, más bien siempre estoy contigo...
Te Amo...
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