Estaba arruinado… Mis ojos estaban secos como las pasas… No tenía ganas de nada y respiraba sin saber el por qué… De pronto tuve ganas de llorar pero no salía de mi alma gota alguna… dejé que mi cuerpo resbalara ante la ausencia de fuerza alguna… Echado en el piso, cerré los ojos y me puse en la nada… Fuerzas amistosas invadieron mi alma… Me arrastraron como títere sin hilos… Respiraba porque en fin… Cuando del fondo de la sencilla oscuridad interior brotó un sentimiento con forma de luz… Se puso a mi lado y me dio un corazón… Allí estaban todos los seres humanos, jugando a la vida y corriendo tras la muerte… La verdad me dio la luz de todos los entendimientos y luego, abrí los ojos… Estaba en un cuarto sucio y vacío… Me paré y me puse a limpiarlo durante todo el resto de la noche… Cuando llegó el alba mis ojos dejaron de mirar diferencias y pude ver el ave de la verdad… Sonreí ante esto… Y con mis manos en alto, salté por la ventana de mi cuarto… Y caí y caí hasta llegar al primer piso del cuarto en que estaba… Llegué y sentí mi cuerpo reventarse como un globo de sangre… La gente me rodeó y me miraba con asco… Iba a morir pero me dije que aún no… Me paré como pude ante el asombro de todo el gentío y caminé hasta llegar al hospital… Luego de varios días y noches volví a recuperarme ante el asombro de todos los doctores… Y salí rumbo a la verdad de todas las cosas… El camino estaba lleno de luz y del fondo de aquella belleza, escuché mi propia voz… Y supe al fin que la verdad estaba llena de mí…