La noche se despliega invitando
a un ritual de lenta entrega.
Gozosa, navega la seducción
entre tinieblas de pequeñeces,
en esa impar ley, que es el deseo.
Un epílogo nocturno sin igual,
sintiendo el frío, de los pies de otro.
Texto agregado el 13-07-2012, y leído por 345
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Lectores Opinan
13-07-2012
Muy bueno, como siempre un placer leerte. Mis***** Beticita
13-07-2012
Cuando se siente el frío de los pies del otro es que algo ha dejado de funcionar. Has descrito, a mi modo de ver, el tedio de la pareja que ya no tiene nada que ofrecerse mutuamente. tormento
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