uno estaba parado frente al otro...
sabían que jamás se volverían a ver
una luz brotó de lo hondo de ambos ojos...
una paz envolvió la vieja amistad
luego
hubo un silencio
los amigos bajaron las miradas
y sin plabra alguna
volvieron a sus mundos...

caminaron lejos
cruzaron mares y tierras
y en lo alto de un cerro
uno de ellos
abrió su alma vieja...

dijo cosas de niños
letras que volaban por los cielos
llegando a brillar en toda oscuridad

agotado
se dio media vuelta
y supo que
jamás volvería a cantar
ni volver donde su amigo...

siguió su andar
hasta llegar a un viejo hogar
una mujer salió a recibirle
le seguía un perro
ambos le abrazaron
y luego
entraron en la casa...

pasaron los años
y en un silencio ignoto
el viejo recordó su canto
se puso sobre sus dos pies
y viajó rumbo a la nada
donde viven los amigos
y brillan las estrellas...