Yo no sé en qué momento ni dónde me encontraba. Yo no sé en qué ciudad, en qué calle, en qué día. Mas sé que en ese instante sentí tu mano tibia unirse con la mía. Eso sí, lo aseguro, que cómplice la luna miraba y sonreía.
Texto agregado el 10-07-2012, y leído por 199 visitantes. (4 votos)