magnífico
me espera el piano que cruzó el mar
con sus teclas de marfil desgastadas
y su caoba
sólo
al costado de la sala vacía
con sus valijas que desbordan
salmos anglicanos
negro spiritual
jazz y boleros
una reliquia
delicada como tul tallado en mármol
lo desnudan en bloques
y lo visten de lienzos blancos
lo descienden con maestría
por el abismo de las escalinatas
al equilibrista
y lo deslizan por el empedrado de la calle Paraguay
que baja hacia el río
es sábado por la tarde
pocos autos nos acompañan
nos hicimos inseparables
y pacientes
sólo una cuerda le desentona a veces
como mi garganta
Texto agregado el 08-07-2012, y leído por 378
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Lectores Opinan
26-02-2013
Elegante, y si me permite, lo dibujo en blanco y negro. ollaida