Después de hacer el amor,
Abandono la cama y abro las cortinas;
La madrugada es un pájaro azul
Que va abriendo lentamente sus alas.
Cuando tu amor llego a mi vida,
Eche a volar las cinco torcazas
Que alimentaba cada mañana.
Buena parte de mi vida
Camine a tientas como un ciego,
Hasta que un día se iluminaron mis ojos
Al bañarme la cálida luz de tu sonrisa.
A mano armada, cuando jóvenes, tomamos por asalto una madrugada
La tenebrosa prisión que encerraba nuestros sueños
Muchos cayeron, pero los que quedamos vivos
Continuamos cubriendo muros y textos con nuestra poesía.
Paren la música,
Apaguen todo ruido,
Contengan el aliento,
Para que hablé solo el viento.
Caminas de prisa por el Jirón de la Unión,
Consumes lentamente un café en la Av. Monseñor,
Disfrutas del paisaje en la Av. Reforma,
En todas ellas hay gente que sufre penas de amor.
Hubo un paro de transporte entre La Paz y Desaguadero,
Interminables filas de camiones no dejan circular a nadie,
Una fornida paisana boliviana me ayudo con mi equipaje,
Mientras nuestras figuras se reflejaban sobre las aguas del bellísimo Lago Titicaca.
Hay gente que nos aborrece y en silencio nos insultan,
Hay personas que nos odian y nos desean los peores males;
Pero si miramos con un poco de cuidado y algo de atención
Debemos agradecer a todas ellas, porque nos hicieron fuertes.
He visto aparecer y desaparecer gobiernos y políticos,
He observado elevarse y borrarse fortunas enteras,
Gente bella menguarse con los años, Vanidosos esfumarse como la bruma,
Pero nunca vi, gente buena borrarse de la memoria de los que ellos amaron.
En las ondas del calmado río,
Escribo tu nombre,
De alguna parte de este universo
Siento que me llega sutil un beso.
Abrazo muy fuerte en mi cama a la tarde y a ti,
Dentro de algún rato ambas me abandonarán,
La tarde regresara sin duda, pero tengo dudas si tú también lo harás.
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